martes, 2 de julio de 2013

SOBRE DIVISIONES, REESTRUCTURACIONES, RENOVACIONES Y BLA BLA BLA.

Hablar de divisiones internas en el PSN es una forma interesada de hablar, o de actuar. Últimamente, estamos acostumbrados a no llamar a las cosas por su nombre, sobre todo desde la derecha. Esa derecha que llama movilidad exterior a la obligada emigración de los jóvenes u optimización fiscal, al propio fraude, entre otros y muy variados juegos de palabras. Se utiliza ese maravilloso lenguaje nuestro, tan denostado, para hacer política. Y ¡vaya política!

Creo firmemente que todos los miembros del PSN, políticos, militantes y simpatizantes tienen un objetivo único: el estado del Bienestar que hemos construido durante décadas. No estamos de acuerdo, por tanto, con la política económica del Gobierno Foral, con su falta de actuación y defensa de la sanidad y educación pública; no soportamos la dejadez en materia de prestaciones sociales; estamos hartos del tratamiento que da la derecha a los trabajadores, llamándolos vagos y maleantes, para después hundirlos en la miseria. No comprendemos el olvido al que se condena a los parados; tampoco en cómo se trata a los trabajadores públicos, cuyo deber fundamental es servir al ciudadano y no al político de turno. No entendemos cómo servicios públicos pueden convertirse en empresas lucrativas. No vemos sensibilidad, ni humanidad en política. No comprendemos cómo abusos se esconden bajo el paradigma de legalidad. No soportamos que ese estado de Bienestar se vaya desmantelando.

Pero la ciudadanía no confía ya en el partido socialista. Ese partido que impulsó hacia los 80 la reforma estructural de España, que impulsó las pensiones, la seguridad social; ese partido que en Navarra creó la Universidad y otras infraestructuras públicas sanitarias. Ese partido. Unos dirán que no hay proyecto. No es cierto, lo hay. Porque en sus filas somos muchos los que sufrimos ese desmantelamiento. La derecha no. Ella sigue bien protegida en esta Navarra trasnochada y caciquil a la que nos ha conducido una derecha radical, siempre protegida, por una lado con la bandera y, por otro, amparada en la teoría “del vienen los vascos”.

Evidentemente, no hay soluciones mágicas, porque hay tanta problemática que se entremezcla en las situaciones particulares que, a veces, dan ganas de llorar: porque en una familia se puede mezclar dependencia y paro, y deudas y falta de futuro y desesperanza y, y, y. Hoy es un esfuerzo titánico resolver tantos problemas, resolver y rehacer nuestros maltrechos derechos. Nuestros, de las personas. No del PSN; ni de UPN, ni de Bildu, ni de Geroa Bai.

Por eso, más allá de los interesados que llaman a las divisiones internas, está el trabajo por hacer que las cosas cambien. Y estas no cambian con una “reestructuración del partido, abrir el partido a las gentes, dar participación, renovar, etc”. Cosas que deben hacerse, pero con perspectiva de la situación actual. La gente está cansada, apática y desilusionada. No va a ir a escuchar. Quiere pruebas, acción. Y el PSN está por la labor de llevar a cabo esa acción desde las agrupaciones. Es desde cada una de ellas, desde lo municipios donde  gobierna, donde se debe hacer una política valiente, haciendo, apostando, aportando ideas, proyectos nuevos, posibilidades, trabajo, trabajo y trabajo por esa gente que está ahí, mirándonos. Porque es en los municipios donde se puede detectar las posibilidades de cada comarca, no desde una cabeza pensante o tres o 10. Pero esa política debe ser valiente y el PSN debe empezar a dejar de tener complejos y hablar claro en las calles, poner a cada uno en su sitio, sin miedo a que la derecha salga con su traje de fiesta y procesión, diciendo lo buena que es, lo dadivosa y caritativa, de misa diaria y limosna para los pobres, que es lo que le gusta, que haya pobres a los que ayudar. Por eso no soportaba que hasta hace poco hubiese gente humilde que empezara a despuntar. A eso llaman vivir por encima de sus posibilidades, a tener cosas que sólo ellos podían tener. Si se fijan, hoy están intentando que no podamos tener lo que tuvimos: educación y sanidad igualitaria, por ejemplo. Y sin embargo su mensaje cala, porque el dominio que tiene la derecha del chisme y la alcahuetería en los pueblos es sublime.

Por eso, tanto cambio, tanto debate, tanto reinvento, tanto quito a uno y pongo a otro, no sirve de nada. Sirve para quienes les faltan las ganas de trabajar y de pensar. La renovación no puede venir sólo de la mano de la palabra, no puede venir sencillamente como un objetivo, sin más. Porque como ya no se confía hay que cambiar. Tiene que llegar con gentes que hayan demostrado una trayectoria, una forma de hacer, un compromiso, una sensibilidad especial, un trabajo. A la gente ya no le vale cambiar de cara. Por eso, insisto, la renovación tiene que venir con trabajo, con personas que desde sus agrupaciones, ayuntamientos o asociaciones hayan trabajado y demostrado su valía. Y hayan querido escuchar, oír y cambiar.

Queda otro trabajo. Impulsar a unos jóvenes a los que la democracia no les dice nada, a los que la política les trae al fresco. Nuestro futuro está ahí y si esa juventud, que es la que nos tiene que animar con su implicación, no está, ¿qué demonios estamos  haciendo?

No voy a dejar de lado el tema de las estadísticas y los pactos, que si viene Bildu, que si viene el otro. Sigo insistiendo, importa el trabajo, la demostración de políticas, no la palabrería barata tanto de la derecha como de la izquierda abertzale. Sus políticas hoy en día están desfasadas. Hoy la preocupación de la gente no es la identidad. A la gente le preocupa que alguien se preocupe por ella. Navarra no es diferente a otras Comunidades en cuanto a problemas, pero sí en lo que se refiere a la forma de definirlos o encauzarlos. Nuestra Comunidad es muy diversa en sensibilidades. Pero, ojo, nadie reparte carnet de navarros. Para el PSN, y eso nos diferencia, tan navarro es el seguidor de UPN como el convencidísimo abertzale. Y aunque les pese a algunos, también lo son los del PSN.

Así que no me vengan con reestructuraciones y reinventos. Trabajen señores, trabajemos todos, por quienes no pueden hacerlo.

No hay comentarios: