La casilla 7 del Canal de Lodosa se encuentra justo al lado
de la Nacional
Esa casilla
Llegaron allí pensando que iban a aportar algo, llenos de ilusión y ganas; pero poco a poco se fueron rindiendo a la maquinaria administrativa hasta que, llegados a este día, todos han abandonado el barco.
Era el verano de 2007: Toño venía de Salamanca, Miguel Angel de Albacete, Dámaso de Zaragoza, Pascual de Novallas (Aragón) y una de Tudela, Marta.
Pasaron sólo 4 meses hasta su primera rebelión: habían sido nueve plazas con turnos que incluían noches, pero sólo las iban a hacer 5 ¡Cómo era posible!
Sólo la casilla 7 las hacía. La mujer empezó la rebelión y los 4 la siguieron. Reclamaron siguiendo el estricto orden jerárquico administrativo hasta llegar a Madrid. Su resolución les defraudó: seguiría haciendo noche la casilla 7 y los demás sólo tendrían que renunciar al mísero cobro de esas noches, 49 noches al año, al irrisorio precio de 35 euros mes, incluidos domingos y festivos que siempre tocaban.
Transcurrió un tiempo de desilusión y frustración, pero pronto volvieron a rebelarse por otros motivos, una y otra vez; empezaron a hacerles caso, en pequeñas reivindicaciones. Sin embargo, habían visto la cruda realidad: la Administración es un monstruo con muchas caras y su funcionamiento arbitrario.
La mítica casilla desaparece. Los que quedaban: Miguel Angel y Marta se marchan tras lograr promocionar. Por delante se fueron los demás. Y su marcha llega cuando se ha decidido reestructurar y pasar la gestión del Canal a manos privadas.
Es la historia de una pequeña comunidad de 5 personas que quisieron cambiar las cosas, ganaron batallas y perdieron la guerra.
Allí queda esa caseta con 4 habitaciones y una enorme entrada cuyas paredes escucharon tantas historias de lo que fue esa pequeña comunidad. Un grupo de personas que convivió, disfrutó, se enfadó, rió, celebró, compartió pala y pico en las entrañas del canal.
Eso nos queda, chicos, las risas que nos echábamos todos juntos. Encantada de habeos conocido.