jueves, 9 de junio de 2011

A vueltas con el déficit


Estos días el Partido Popular y la Señora de Cospedal en particular, están dándole vueltas al déficit de la Comunidad Manchega, que si está en bancarrota, que si se debe mucho, que si hay más de lo que dicen.

Yo no sé si será cierto o no. Primero habrá que examinar los papeles y mostrarlos. Tampoco entro a valorar si hay estrategias políticas de uno u otro partido. Pero sí que me da que pensar esto del déficit.

Los economistas suelen decir que eso es muy malo. Está claro que en la economía doméstica es malo puesto que si gastas más de lo que ingresas la cosa no va bien. Pero a nivel de arcas públicas no lo veo yo tan claro, ya que las valoraciones se sitúan en otros niveles.

Las arcas públicas se utilizan para dar servicio a los ciudadanos y, en algunas políticas, que no en todas, para equiparar o lograr cierto equilibrio en el acceso a determinadas cosas. Por ejemplo con becas que hagan que tanto el rico como el menos rico puedan enviar a sus hijos a realizar estudios universitarios donde crean conveniente; o ayudas en bienestar social o prestaciones económicas a desempleados, políticas de creación de empleo. Cosas así, peccata minuta, para algunos.

Por eso, a mí lo del déficit, sobre todo en tiempo de crisis, lo veo hasta cierto punto lógico, puesto que se gasta más en política social. Ahora bien, siempre y cuando ese déficit sea provocado por las políticas antes mencionadas en las que el principal beneficiado sea el ciudadano. Por eso, cuando hay un déficit no me alarma tanto el hecho de que lo hay como el qué lo está produciendo. Porque otra cosa sería que el déficit viniera producido por malgastar el dinero público en gastos de representación, pongamos por caso u otras cosas similares muy al uso entre nuestros políticos.

Seguro que muchos economistas estarán echando humo, pero si no gastamos nosotros en ayudar a los nuestros no creo que vengan los de Europa a sacarnos las castañas del fuego. O sí, que a lo mejor las sacan con alguna infección de algo.

De cualquier forma, si yo fuera manchega y tuviese alguna ayuda por necesidad, me pondría a temblar, porque el recorte va siempre de abajo hacia arriba ¿O no se habían dado cuenta?

martes, 7 de junio de 2011

LA ESPECIFICIDAD DE NAVARRA


¿Cómo puede ser que Bildu haya obtenido unos resultados tan espectaculares? Se preguntan muchos. Posiblemente desde cualquier Comunidad española se haya mirado al País Vasco y Navarra como especimenes raros, preguntándose si, acaso, nos habíamos vuelto locos. Y no es así, es tan simple como una reacción básica de estímulo-respuesta. A una radicalización de la derecha sucede una radicalización de la izquierda y viceversa. Posturas únicas y encontradas en las que se establecen unas consignas en las que no caben intermedios, ni, por tanto, posibilidad de entendimiento. Unos se erigen como únicos defensores de la identidad de Navarra, otros la asocian a otros entes. Ambos, mantienen unos votantes fijos que no se replantean nada, votan a su partido haga lo que haga y pase lo que pase. Algo que no es exclusivo de Navarra, ya que esa actitud es la misma en la derecha radical establecida en toda España; si no, no se entendería que ante casos de corrupción siguieran votando a su partido, incluso, con más ahínco, algo impensable en otros partidos.

Y en medio de todo esto, en Navarra, aparece el Partido Socialista, que hoy tiene una buena papeleta a la hora de decidir con quién va a estar tras las elecciones Autonómicas y municipales. Un partido que no se plantea el tema de la identidad de Navarra, porque, sencillamente, se sobreentiende, no hay que abanderar ninguna lucha. Por otra parte, siempre se está replanteando sus objetivos a tenor de la actualidad, muy al contrario de los partidos radicales que se basan únicamente en sus consignas para después entrar en lo demás, es decir, en la política y la gestión. Así lo ha dado a entender Yolanda Barcina que a la hora de negociar ha mencionado la identidad de Navarra como uno de los dos puntos de los que parten y al que no renuncian. El partido socialista también cuenta con una base que le sigue, pero tiene una serie de votantes que unas veces están con él y otras no. Personas que, como el partido, se replantean sus prioridades según la situación que se viva en cada momento.

No pretendo, por ello, entrar a valorar hacia qué partido debe tender el partido socialista, primero porque donde hay capitanes no mandan marineros y porque, tal vez, el debate debe dejar de ser ese. Debe dejar de establecerse la prioridad de los partidos y tender hacia la prioridad de las personas, esto es, plantearse qué prioridades tengo, qué objetivos de desarrollo social y económico tengo y a partir de ahí pensar con quién voy a conseguir esos objetivos.

De lo contrario caeríamos en la trampa de las ideas preconcebidas, de los prejuicios históricos, de las etiquetas y adjetivos y no tendríamos en cuenta la realidad de cada momento.

Retomando lo que diría Julio Anguita es hora de hablar de “programa, programa, programa”, pero no sólo de eso, sino también de ilusión, de trabajo y, sobre todo, de determinación a la hora de plantear las cosas, con discursos claros, directos a la ciudadanía y sin medias tintas.

miércoles, 1 de junio de 2011

LA CULPA LA TIENEN LOS DEMÁS

Hay algo que me resulta sumamente significativo: la forma que cada partido tiene de asumir los resultados electorales, sobre todo, entre los que se sitúan a la derecha y los de la izquierda. Hoy el PSOE tiene que digerir unos resultados catastróficos, pero tengo la sensación de que lo hace con sentido crítico, analizando las cosas que se han hecho mal y mirándose a sí mismo. Muy al contrario a lo que hace la derecha, si algunos quieren recordar, aunque no hace falta irse muy lejos. Hace siete años perdieron las elecciones generales y todavía no lo han digerido. Y nos han dado la matraca durante estos siete años culpando a los demás de todo. Una culpabilidad aireada desde las numerosas tertulias (por llamarlas de algún modo) radiofónicas y televisivas que auspician o apoyan al PP. Y así, no entienden ni sus dirigentes, ni sus simpatizantes que pueda haber un gobierno que no sea el de ellos y, por tanto, es imposible que se vote a otros. Salvo que haya habido una conspiración internacional para derrocar al PP y en el que están inmersos tanto los dirigentes del PSOE, como la policía y cuántos se le pongan por delante. Durante estos últimos siete años no se ha hecho más que repetir la famosa teoría de la conspiración. No han hecho ni un solo análisis crítico, porque la mayoría de sus dirigentes e, incluso, militantes, no entiende lo que es eso. La culpa la tenía toda el PSOE;  el 11-M no fue algo preparado por los islamistas radicales. No, algo tuvo que ver el PSOE y la policía, a la que, curiosamente, la derecha tanto alaba, pero sólo cuando le conviene. Algo así hace también con lo Tribunales, sólo son independientes cuando les dan la razón. Esto es, todos se equivocan, salvo ellos. Y es que entienden que a la gente se le puede dirigir como a marionetas.
Pero no sólo culpan a los demás de la pérdida de aquellas elecciones. También son culpables los demás cuando hay corrupción dentro de su partido. Claro está, hay que tener en cuenta que en la derecha no hay corrupción. Eso es imposible y, por tanto, cualquier caso que surja es mentira, es culpa de los demás, que mienten, que quieren difamar el buen nombre y la moral del Partido Popular.
Y además de todo ello, sólo el Partido Popular está en contra de ETA. Todos los demás partidos y, sobre todo, el PSOE son aliados de la banda terrorista. No me pregunten a mí la razón porque todavía estoy buscando qué beneficio sacaría con ello el PSOE. Lo que no alcanzo a entender es dónde queda la policía y cómo es posible que en estos últimos años ha habido más detenciones que nunca.
Imagínense ustedes que el PSOE mantuviese ahora la misma actitud que el Partido Popular. Que su discurso no fuese autocrítico, sino todo lo contrario, buscase culpables, por ejemplo, en la escena internacional y en la finanzas. Imaginemos que el PSOE culpabilizase de la crisis especial que está sufriendo España a los especuladores financieros, a los lobbys y las agencias internacionales. Estas estarían interesadas en derrocar al Gobierno de izquierdas de España con el fin de acabar con ciertos derechos sociales que son una lacra para los países ricos de Europa, que lo único que quieren es tener una España con bajos sueldos, una China europea. Imaginemos, que el PSOE echase la culpa a esos intereses económicos de intentar derrocar a los sindicatos porque no dejan a las empresas hacer lo que quieran con sus trabajadores. Imaginemos que todas las medidas impopulares que ha estado tomando en los últimos tiempos fueran, única y exclusivamente, impuestas desde Europa y que, por tanto, nadie podía hacer nada.  Imaginemos que el PSOE entrase en una dinámica de ese tipo buscando culpables fuera. Eso, nadie lo entendería. Primero no lo entenderían sus militantes y simpatizantes y, por supuesto tampoco lo entenderían todos los demás. 
Si el PSOE tomase esa actitud, todo el mundo entendería que se está equivocando, que está paranoico; menos aún entendería que se pasase siete años, como las plagas, dándoles vueltas a los culpables y achacando sus problemas a otros. Como tampoco nadie entendería que se siguiese apoyando y dando cancha a los corruptos, que haberlos haylos  y en todos sitios.
Resulta paradójico la visión de cada partido. Resulta paradójico lo que se espera de uno y de otro. Resulta curioso y significativo, por no decir lamentable, en algunas ocasiones
Sin embargo, lo que importa ahora es salir de la crisis. Y en este sentido, a partir de ahora, en muchos lugares, municipios o Comunidades, no habrá un sólo partido trabajando en solitario. A partir de ahora, creo, habrá dos partidos trabajando, porque seguro que uno de ellos apoya al otro o, al menos eso espero. ¿Adivinan cuál es cuál?