jueves, 4 de diciembre de 2014

CRECER Y NO HACERSE MAYOR ( no todo es política ¿O sí?)

En una ocasión leí una frase que se quedó marcada en mi corazón, decía: hacerse mayor es pensar algo como piensa una persona que no eres tú. Entendía que había mucha verdad en ello, puesto que con el pasar de los años, tenía la sensación de que tu ser iba asumiendo las normas sociales, se iba domesticando y aclimatando a lo que todo el mundo hacía. Ya no pensaba en la existencia, no se comía la cabeza con pensamientos, sino con cosas fundamentalmente prácticas: tengo que hacer esto, lo otro, llegar aquí, comprar. Pero, de vez en cuando te parabas y surgía una añoranza: mirando atrás no te reconocías y te preguntabas dónde estaban aquellas inquietudes que asolaban tu mente cuando eras más joven. Preguntas filosóficas que pasaron a la historia cuando empezaste a vivir la vida como debía ser, corriendo detrás de un objetivo que no aparece muy claro en las vidas personales de cada cual, porque no sé si alguien tiene claro su objetivo en la vida cuando va decidiendo sus pasos y cerrándose, al propio tiempo, puertas. Y entonces piensas que has cambiado mucho porque te has acostumbrado a la norma social.

Mas, poco a poco, voy aprendiendo que hay una diferencia entre hacerse mayor y crecer. Hacerse mayor es, justamente, lo que más temen los niños, lo que más temía yo, porque supone dejar pasar el tiempo e ir asumiendo lo que llega como debe ser, respetando las normas sociales que suponen hacerse mayor; es esperar que las cosas lleven su rumbo, hacer lo que se debe hacer porque así debe ser, sin más, ir haciéndose una reputación, comportarse, guardar las formas, cosas así. Pero, crecer es otra cosa . Crecer es ampliar horizontes, no limitarlos; crecer es vivir más allá de lo establecido, de lo común. Pero también es, como dice el dicho, que lo que no te mate, te haga más fuerte; lograr ir aprendiendo y añadiendo a tu esencia un poco más de fuerza para seguir creciendo.

Hace poco me recordaron que cuando tenía unos 16/18 años y hasta más allá, hacía excentricidades de todo tipo. Un día salí con unas pinzas de tender en el pelo y en la ropa, como accesorio decorativo. Esto, lógicamente, en un pueblo se entendía de la forma más simple, ya se lo imaginarán. Yo, por mi parte, lo hacía con toda la intención del mundo, con la intención de transgredir, de cambiar las formas, el deber ser. Pero, explica eso a unos jóvenes de 18 años. Bueno tampoco lo entenderá una de 40. Yo sí. Ese recuerdo me hizo ver que, realmente, yo no había cambiado como pensaba. Aquella joven seguía viviendo en mí, de otra forma, porque había crecido, había aprendido nuevas formas de transgredir la norma.

Creía que me había hecho mayor. Pero, de repente, algo ocurre en la vida, un acontecimiento, bueno o malo, y de repente te das cuenta que estabas ahí, que la joven sigue ahí, crecida, más grande, pero no más mayor. Ya no hace falta que se ponga pinzas en el pelo y en la ropa. Sus hechos, sus palabras hablan de ella. Han tomado fuerza: ha sufrido, ha recibido bofetadas, ha luchado, ha perdido múltiples batallas, pero sigue siendo la misma.

Ha crecido y ha aprendido que ante la vida tú eres tu mejor amigo; que debes mirarte al espejo y no esperar que haya nadie a tu lado, aunque si lo hay mejor. Debes saber que son muy pocos los que pueden disfrutar de amistades reales, de esas que están a las duras y a las maduras. Porque la mayoría de las veces estarán contigo para que les escuches, les tiendas la mano y les dejes tu hombro. Pero cuando seas tú quien empiece a hablar te responderán “sólo hablas de ti, sólo piensas en ti” o, simplemente, te volverán a hablar de ellos. Y en ese momento es en el que debes hacerte fuerte y pensar: sí, debo pensar en mí. Retírate de mi hombro, devuélveme mi mano y dame la palabra que la necesito. La necesito para cuidarme sola. Para seguir creciendo y comprobar que en la vida los problemas pueden ser oportunidades para descubrir nuevas perspectivas, que te abren al conocimiento y puedes aprovechar para mejorar las cosas. Los problemas son retos que te abren a la vida, a su origen, a su lucha, que te hacen comprender que el hombre es un ser social, pero tremendamente individualista. En lo problemas nos diferenciamos: o nos hacemos mayores o crecemos. Yo opto por crecer, porque me sigue gustando subir a los árboles, columpiarme, hacer piruetas en la hierba y, sobre todo, me gusta jugar. No tengo ningún síndrome, sólo que no me hago mayor, sólo crezco como persona. A unos les parecerá mal como crezco, a otros les importara un bledo; son formas de juzgar que yo no juzgo. Así que no me juzgues por crecer como crezco. Porque, al menos, crezco y no me hago mayor.

sábado, 15 de noviembre de 2014

MAS SERVICIOS SOCIALES Y MENOS COMPLEJOS SOCIALISTAS

Siento decirlo, pero el Partido Socialista de Navarra (PSN) ha vuelto a patinar demasiado deprisa por sus propios complejos. Hace poco aprobaba una modificación de la Ley del Vascuencce que ampliaba a la zona no vascófona la posibilidad de acceder a una educación en esta lengua. En circunstancias normales esto no tendría mayor importancia, pero actualmente creo que se asumen y defienden prioridades que corresponden a otro tipo de partidos. No es que suponga un enorme patinazo, pero ejemplifica un camino que no creo se deba seguir. He repetido hasta la saciedad que yo no entro en ese juego del nacionalismo ni del de izquierdas, ni del de derechas, en el prima “estás a favor o en contra mío”. Para mi, y me lo han oído decir en los Comités Regionales, mi patria es lo público y mi bandera la Libertad, la Igualdad, la Equidad y la Justicia social. Ni siquiera entro a valorar lo que de desigualdad tiene esta situación para muchos ciudadanos.
Lo que me duele como socialista es que a tenor de las prioridades de nacionalistas de izquierdas o de derechas podamos perder nuestro objetivo social, el que hoy más que nunca debe movernos con hechos y demandas claras.
¿En serio no hay nada más importante, en estos momentos en la Administración Pública, que a una persona se le de la posibilidad de elegir la lengua en la que quiere aprender o ser tratado? ¿En serio? Porque se me ocurren miles de problemas más urgentes para los ciudadanos y no es demagogia. Considero que hay mucho que hacer en esta Administración en otras cuestiones, por ejemplo en Servicios Sociales. La UPNA ha debatido sobre ello con una jornadas sobre los nuevos retos ante la crisis. Y es que sería hora que en lugar de más profes de vascuence se establecieran más armas y medios para los Servicios Sociales. Medios que no deben ser sólo materiales, sino legales para tratar a las personas como personas y para que no se logre lo que muchos pretenden: que los Servicios Sociales sean vistos como los que financian únicamente a los inmigrantes, un lugar donde van los que se quieren aprovechar de las ayudas de la administración o cosas por el estilo que son el argumento de quienes quieren acabar con el Estado de Bienestar y solidaridad. Son los argumentos del Gobierno al que no le interesa que los servicios sociales sean lo que su nombre indica. Si los Servicios Sociales tuvieran todo eso, medios legales con los que luchar, quizás mucha gente no necesitaría montar plataformas para defender derechos a los que se suman tanto quienes tienen problemas, como quienes quieren aprovecharse de las circunstancias.
Y medidas se pueden tomar. Por ejemplo: ¿Cómo es posible que quienes acuden a una plaza pública en una residencia de ancianos generan deuda (sí, lo que no pueden pagar se acumula en deuda para que el Gobierno Foral lo cobre de los herederos) y el servicio de atención domiciliaria no? Creo que es injusto. Porque quizás quien recibe esa atención domiciliaria tiene medios económicos y quien va a la residencia no. Hay mucho de lo que hablar y examinar en este asunto, pero no se quiere profundizar, ni escuchar a profesionales de verdad.
Supongo que a muchas personas esto les sonará a chino, seguramente quienes no hayan tenido que lidiar estos temas u otro tipo. Pero los técnicos de la Administración han llegado a tal grado de constreñimiento que los problemas que puedan tener las personas se convierten en mero trámite administrativo. Y eso no debe ser así. En una administración cercana como la navarra o en cualquier otra, que todas las personas deben ser tratadas por igual, el ciudadano debe ser atendido en su particularidad, en su casuística, escuchado y no como una generalidad. Porque del mismo modo que los políticos no quieren que se les meta a todos en el mismo saco, tampoco hay que meter a todos lo ciudadanos en el mismo. Y eso son muchos hoy los que lo hacen. Ha habido gente que se ha aprovechado de las ayudas, pero creo que, justamente, no ha sido quien más lo necesitaba, sino quien sabía o estaba asesorado para hacerlo.
Las personas que hoy tienen problemas necesitan que alguien las escuche, no que les digan qué papeles rellenar, necesitan que comprendan que no pueden sentirse abandonados a su suerte. Porque, ésta, señores, no solo se reparte en Navidad, y cae de la buena y de la mala. Si somos un Estado social y solidario, como al menos creemos los socialistas, debemos priorizar el trato, el acercamiento, la búsqueda conjunta de una posible solución, sea o no factible que, quizás, no pueda ser. No como otros que cuando les toca, se dedican a llorar por la suya, demandando soluciones para sí, pero aplaudiendo recortes. Y justamente estos apoyan a un Gobierno, como el de UPN, al que no le interesa que los servicios resulten reales. Quieren que sigan siendo oficinas de mero trámite, sin tener en cuenta que la vida se puede complicar mucho a las personas sin que se lo hayan buscado. Y ahora mucho más cuando la dependencia o la sanidad han pasado a ser asunto de las familias. Familias muchas de ellas con graves dificultades económicas y que, en el mejor de los casos, sólo tienen su vivienda con la que afrontar los gastos que pueda suponer esas circunstancias especiales.
Lo importante es que esas personas sientan que frente a ellas hay otra persona que no sólo le va a dar una papel a rellenar en castellano o euskera.

viernes, 3 de octubre de 2014

HARTA DE LOS WASAPIANOS (un poco de comprensión)

Estoy sumamente harta de la tiranía de los wasapianos. Es curioso que los avances tecnológicos que debieran servirnos acaban siendo, para la humanidad, una forma de imposición y marginación. Supongo que se me podrá discutir, pero así lo veo yo, una usuaria de esos móviles Nokia sin Waspp, llevadas al ostracismo. Marginada porque desde el momento que no tienes Wasapp ya nadie se comunica contigo, ya no puedes formar parte de un grupo de amigos, ni de una organización política, ni siquiera colaborar en el colegio de tus hijos. Y el problema es que, cuando ven tu móvil, te dice todo el mundo: “cámbiate ya, que nadie lleva eso”. Evidentemente, ese nadie soy yo.

Y ya no sólo te mandan al ostracismo, sino que además, en el colmo de la tiranía, te acusan de ser egocéntrica y de no pensar más que en ti misma por no tener wasap y querer que los demás no lo utilicen contigo. Te echan la culpa de no tener wasap.

Por tanto, me quieren imponer, me quieren obligar a comprarme un móvil para ser igual que los demás. Y yo tengo ese Nokia porque no se rompe, porque valía barato, porque yo no me puedo permitir gastar un porrón de pasta en un terminal de esos y porque, y lo más importante, mi forma de consumo es la más contraria a esta sociedad: yo no me compro nada hasta que no rompa lo anterior. Y eso lo hago con todo, hasta con la ropa. Ya siento tener esta mentalidad tan retrógrada y creo no ser la única. Por eso lanzo una SOS a ver si aparece alguien, además de Carles Francino quien también ha declarado tener un Nokia de esos.

Quizás seamos una minoría. Y si somos una minoría ¿Por qué nos rechazan? Quiero romper una lanza por quienes todavía no tenemos wasap. Porque del mismo modo que nos llaman egocéntricos, que no entiendo el motivo, nosotros, esa molesta minoría, también podríamos decirles por qué quieren imponer una forma de comunicarse, por qué no cuentan con esa minoría, por qué no intentan utilizar con nosotros otras formas de comunicación, por qué se creen que son el centro del mundo, por qué intentan defenderse de su dependencia culpando a los demás. Porque, salvo honrosas excepciones que lo reconocen, la mayoría hacen como todos los telespectadores, que ninguno ve Sálvame y sólo ven los documentales de la dos; por qué no esperan que ya llegaremos, cuando se nos rompa, claro. ¡Qué afán por comprar! Cualquier minoría hoy en día es más respetada que los podres que todavía no usamos wasap.

Esto me hace reflexionar hacia el tipo de humanidad y sociedad que estamos construyendo; además de puramente consumista, estamos olvidando la comunicación oral y escrita. Les pasó a las cartas, ahora sólo recibimos facturas y ya ni eso. Lo cual me parece estupendo porque ahorramos papel, aunque, por otra, consumimos energía en recargas y ordenadores. Sin embargo, he de confesar que yo todavía escribo alguna carta y también utilizo, en muchas ocasiones, cualquier papel usado para escribir y pasarlo, después, al ordenador.

Temo por la comunicación oral, donde la inflexiones de la voz podían darte pistas sobre la intención del comunicador. Hoy tendremos que empezar a analizar cómo es una persona según cómo escriba en wasap. Y no va a ser fácil, ya que la economía llega también a las palabras y se codifica al igual que las máquinas.

Y ya no hablo de sustituir el Facebook por el twiter, lo que supone que cuanto menos escribas, cuanto menos reflexiones mejor. Y a mí en comunicación y en pensamiento no me cabe la economía.

Entiendo los adelantos tecnológicos, más aún, los aplaudo. Pero no entiendo que se olvide a la persona que está más allá del aparato, su necesidad de comunicarse más personalmente, más directa, sin subterfugios, ni esconderse en frases hechas y en proclamas. Abogo por una tecnología que cuente con la persona, no que la anule y, en estos momentos, estamos anulando a la persona en pro de mecanismos. Si no tienes wasap no eres, no existes. Adiós al “pienso, luego existo”.

viernes, 12 de septiembre de 2014

UN NUEVO MODELO ES POSIBLE CON CRITERIO, VALENTÍA, UN CAMBIO DE MENTALIDAD Y MUCHA UTOPÍA

Estoy cansada de oír discursos en los que se habla de cambiar modelos, de cambiar formas de hacer, de acabar con vicios propios, sin que ninguno de esos discursos acabe diciendo el meollo de la cuestión: el cómo. Normalmente, se hablan de medidas macroeconómicas que, salvo el tipo de interés, no se sabe muy bien cómo, ni cuándo, ni de qué manera nos acabarán afectando a los ciudadanos.

Y es que esta crisis tiene, como dicen, una de sus causas en lo que se ha dado en llamar crisis del modelo productivo. El modelo productivo que tenemos es mas o menos simplificado: producir y producir, más y más. Todo el mundo menciona la necesidad de un cambio en el modelo, sin aclarar hacia dónde se quiere caminar. Lógicamente, si lo pensamos bien de verdad y no nos airamos con soflamas, para cambiar este modelo productivo es necesario tener claro que estamos en una economía global y que, por supuesto, para cambiarlo es imposible hacerlo a las bravas, de hoy para mañana e individualmente.

Cambiar un modelo no es fácil porque está instaurado en todo tipo de instituciones y, lo más importante, en la mentalidad ciudadana. Desde mi punto de vista, nada económico y más bien, en todo caso, político, creo que es necesario empezar a cambiar ese modelo desde abajo con valentía y criterio y utopía, sabiendo que esto va para largo, pero que hay que empezar a hacerlo y que esos primeros pasos ayuden ya al ciudadano.

Nos va a costar tiempo, mucho, pero entiendo que todo debe empezar desde los municipios con un apoyo adecuado desde el ámbito nacional, desarrollando políticas de impulso y apoyo, no sólo económico. Los municipios, las instituciones más cercanas al ciudadano, deben empezar a impulsar políticas que impliquen el fomento de nuevas actividades económicas que vayan conformando la base económica de ese nuevo modelo, al mismo tiempo que deben impulsar nuevas formas de ver las cosas, que haga nacer una nueva mentalidad, algo que entiendo va a ser una labor más ardua y mucho más complicada, de ahí que sea necesario empezar por abajo.

Estas nuevas actividades tienen que estar basadas en unas premisas: la primera de ellas deben ser sostenibles. ¿Qué es sostenible? Porque también es una palabra muy socorrida en estos tiempos de cháchara. Muy sencillo: primero hay que empezar sabiendo que estamos en un momento en que producimos y producimos, lavadoras, TV y demás aparatos para que se rompan más pronto y hagamos otras, y generen residuos; y creemos otra economía basada en el tratamiento de residuos;y sigamos produciendo. Pero hay que hacerlo más barato. Y las empresas buscan lugares más baratos donde no pagar tanto (o joroban la economía de un país) y así producir más barato, haciendo que los trabajadores cobren menos, para que algunos tengan 20 pantalones en el armario y llevemos cinco, a lo sumo.

Cambiemos el chip. Hagamos una economía en la que las cosas duren un poquito más, salvo en lo que se refiere a la tecnología y la ciencia que tiene que ir caminando hacia nuevas cuotas de investigación y bienestar. Hagamos una economía que no consista en producir, sino en mejorar la vida de las personas mediante mayores servicios sociales, educativos y sanitarios. Pero para eso es necesario un proceso enorme y largo, es preciso que cambiemos nuestra mentalidad; que empecemos a pensar que es necesario sueldos más altos para que podamos, todos, contribuir a mantener, fiscalmente, esos servicios sociales. Ese es el camino. Y ese camino no se consigue de la noche a la mañana. Se consigue teniendo claro el objetivo y empezando a trabajar desde abajo. Desde los Ayuntamientos, a través de una gestión eficaz y un compromiso claro con el bien común y no con el bien que dicte el mercado.

Y ¿qué es una gestión eficaz para infundir actividad económica?

Pongamos un ejemplo claro. Me gustan los ejemplos porque estoy harta de oír proclamas. El Plan E de Zapatero, tan criticado, era una buena idea. El problema fue que no se dieron las directrices adecuadas y que los Ayuntamientos pretendían más ponerse medallas y dejar las cosas bonitas, que dejar un futuro a sus ciudadanos. Algunas localidades dedicaron ese dinero a invertir, por ejemplo, en nuevas tecnologías que llevaran a una mayor eficiencia energética que, a la vez, supusiera un ahorro, que pudiese volver a invertirse en nuevas mejoras de eficacia. Pero eso no fue lo que hicieron la mayoría. Y hay posibilidades de seguir invirtiendo en nuestros municipios a través, por ejemplo, de los Fondos de Desarrollo Rural.

Por eso es necesario que el cambio de modelo se inicie desde abajo, que se insista en agrupaciones, que se acabe con los políticos florero, con los políticos que buscan la adulación, con los políticos que dicen que todo va a ser maravilloso en pocos días, con los políticos que quieren mantener las cosas como están, porque eso no nos conduce a ningún sitio y más teniendo en cuenta que los españoles llevamos una carga histórica de envidia y picardía que no es fácil de borrar. Apostar por quienes estén dispuestos a cambiar, a ser valientes, a decir a la gente que las cosas pueden no ser tan bonitas, pero son más eficientes y pueden mejorar la calidad de ese vecino al que ni se ha dado cuenta que le falta trabajo y dinero, porque no le interesa verlo; aunque sí le interesa, y no hace más que mirarlo, al que ha cambiado de coche por uno mejor y más chulo, aunque no sea más eficiente. Esa es la mentalidad que tenemos que cambiar, antes que nada y nos va a costar la leche. Pero..¿No deberíamos empezar ya a cambiar?

martes, 19 de agosto de 2014

REFLEXIONES VERANIEGAS: IMÁGENES FESTIVAS O VALORES ETICOS

Agosto es el mes festivo por excelencia. En muchas localidades se suceden las fiestas patronales en honor a santos de muy diversa índole que llegaron a tal condición por dedicar su vida y su muerte, en muchos casos, al cuidado de los demás, a la solidaridad, a la generosidad o a la justicia social. Igual que hoy otras muchas personas dedican su vida a los demás: misioneros como el Padre Miguel o no misioneros, como quienes integran organizaciones como Médicos sin Fronteras o tantas personas anónimas que trabajan, por poner un ejemplo, en los Bancos de Alimentos, tan solicitados hoy en día.

Pero volviendo a la fiesta, lo que más me da vueltas al cogote es que en estas fiestas hay quienes adoran al Santo en cuestión, pero al Santo figura, al de madera, yeso o con lo esté hecho el susodicho; y lo cuidan, lo adornan, lo visten, lo pasean, le cantan, le lloran, le piden... Sin embargo, muchos de ellos después de cantarles y adorarles olvidan lo verdaderamente importante del Santo: que no es la figura, sino su obra, sus valores, su entrega, su solidaridad, su generosidad, lo que significó en la vida. Curiosamente, esos valores no son adorados, ni adornados, ni cantados, ni solicitados, ni llorados, ni vestidos, ni paseados por lo adoradores.

Y cuando algún sacerdote medio loco se permite recordarles que, además de la figura, lo que representa es aquello de lo que todos carecemos y que más nos valía saber y entrenar esas cualidades, sale escarmentado por la concurrencia idólatra.

Es la idiosincrasia particular española. Ya lo decía mi madre cuando (pobrecita mía) en su inocencia sobre este país decía: “no entiendo cómo en España hay tantas Vírgenes, pero si madre de Jesús sólo hubo una” ¡Qué le vamos a hacer!

miércoles, 30 de julio de 2014

REFLEXIONES VERANIEGAS: LOS P… HERBICIDAS

Mirando este verano mi jardín de césped artificial, voy reflexionando y dándome cuenta de que hemos caído en un engranaje del que difícilmente podemos salir, a no ser que tomemos conciencia de ello de una vez por todas. Pero seguramente que la salida la tienen también taponada. Me explico. El año pasado empezaron a salir hierbas alrededor de ese césped de plástico o lo que sea. Yo optaba por quitarlas a mano; mi marido optó por el herbicida. Este año han salido más. Conclusión de mi mente calenturienta de verano: los herbicidas de estas grandes compañías matan las hierbas en un primer momento, sí. Pero para mí que deben llevar un componente que hace que vuelvan a salir al año siguiente con más fuerza para que sigas comprando herbicida porque la mano ya no sirve. Y clinc, suena la caja registradora, estas enganchado. Al mismo tiempo, esos herbicidas provocan no pocos problemas en la salud: respiratorios, estomacales, alérgicos, cutáneos e, incluso, cancerígenos, que nos hacen ir al médico con más asiduidad de la debida y  ¡Clinc! Suena de nuevo la caja registradora multinacional.

Malditas hierbas y maldita economía que no nos deja salir de este círculo.

martes, 15 de julio de 2014

CASTAS DE TODO TIPO

Aunque parece haber pasado el boom de la casta, hoy me apetece hablar de ella desde un punto de vista muy personal. Porque castas hay de muchos tipos. Se habla de la casta política, pero también hay una casta empresarial, una médica, judicial… y hasta hay una casta de profesores universitarios. O al menos la había, no sé ahora. Y no va con segunda intención. Sólo que tanto hablar de castas, me ha hecho recordar cosas que viví en la Universidad, asumidas y pasadas. No me gusta hablar de ello, ni de mí, pero haré una excepción, por lo de la casta.

Universidad, años 1991/1993 (qué vieja soy). Tras la carrera me decido a hacer el doctorado porque me encanta la Teoría de la Comunicación y lo que se puede hacer con las palabras, los silencios, los gestos, las actitudes, los contextos….. Bueno, al meollo. Ultimo año. Tengo mi proyecto de tesis, incluido un concepto nuevo, “simulacro autorreferente”. Yo, inocente de mí, pensaba que había que ir con una buena idea a los profes. Pero no. Lo importante era pulular entorno a ellos, no a todos, que no todos son casta, para que dirigiesen lo que fuese o te sugiriesen algo. Yo no quería que me sugiriesen. Presenté mi tesis a un profe y la verdad fue muy sincero: “puedo dirigirla, pero planteas cosas que al Tribunal no se le han ocurrido. Deberías hacerlo de otra manera” Primer batacazo; y con lo cabezota y rebelde que era yo por aquel entonces, a la par que inocente.

Al mismo tiempo, durante ese año, trabajé de “negra” en el Departamento. Había un adjunto desarrollando una de esas tesis de las que se conoce de antemano el resultado, subvencionada por el Instituto de la Mujer, creo. Necesitaban gente para analizar videos y spots sobre la imagen de la mujer. ¡Vamos! Un simple vistazo y valía para darse cuenta. Pero había que codificar, hacer el paripé me parecía a mí. No sé qué ganas tenían de codificar todo. Al final, en ese trabajo, primero de análisis en casa de videos y spots y después en el departamento con la puñetera codificación, me convertí en coordinadora del equipo de negros. Sin papel oficial que lo dijese, claro, para eso éramos negros. Pero la coordinadora metía horas desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche, mientras los demás negros se iban turnando. Llegué a saberme los códigos de memoria.

A su vez, (así es la Universidad, te pasan un montón de cosas en un momento), tuve un profesor ( el de la casta) que insistía en que muchos de nosotros no teníamos que estar allí. Muy alentador, el señor, apoyando a quienes deciden estudiar e ir un poco más allá. En el doctorado, en todas las materias tenías que hacer un trabajo de reflexión. Los míos eran larguitos, leía un montón de libros y reflexionaba sobre hipótesis propias. Todo ello a máquina, no tenía ordenador. Yo logré sobresaliente en todos ellos, más alguna felicitación. Con el susodicho profesor no hubo forma, no me dio ni nota. Y eso que mi trabajo consistió en contactar con una persona de la Teología de la Liberación y contrastar opiniones. ¡A quien se le ocurre, contrastar! No me había dado cuenta de algo muy importante, con la casta no valían trabajos, ni contrastar opiniones, había que decir lo que él quería. No admitía otras consideraciones, otras reflexiones que no fueran las suyas. Pero de eso me percaté después, ya que estaba convencida de que la que fallaba era yo, que no lograba reflexionar adecuadamente sobre el tema.

En principio, eso no me hubiese importado, puesto que por el trabajo de negra me tenían que dar algo de dinero y créditos que sustituía la nota del “casta” de profesor. Pero cuando llegué al Departamento a pedir lo mío no había créditos, nadie respondía y a la hora de cobrar me encontré con el principio de igualdad mal entendido: la negra de las 12 horas cobraba igual que todo el mundo, que había hecho 2, 4, 6 u 8 horas.

Entre una y otra cosa salí defraudada de la Universidad. No de toda, por supuesto, sino de determinada “casta de profesores” que se empeñan en insuflar su dogma, apoyando a quien le sigue, sin querer escuchar otras reflexiones, así como de la forma de investigar, a veces. Lo bueno que me llevé es el conocimiento, que los títulos se los queden ellos, que eso no me lo quita ninguna casta, sea la que sea. Como tampoco ninguna casta me impide pensar o votar en libertad.

jueves, 3 de julio de 2014

Derecho a decidir o esquizofrenia social

Derecho a decidir. Dicho así es innegable, no se puede aducir nada en contra, porque, en suma, la decisión está unida a un principio de libertad. Sin embargo, al igual que la libertad, tiene sus límites, sobre todo en la práctica, porque ¿hasta dónde llegamos con el derecho a decidir¿ ¿Cómo lo establecemos? De no estipular ciertas cosas podemos llegar a una situación casi esquizofrénica. Voy a poner un ejemplo muy cercano a mí: Navarra. El nacionalismo vasco insiste en una autodeterminación que incluya a Navarra, incluso la Constitución prevé ciertas cosas al respecto, pero no quiero entrar en ese tema. Pensemos en un hipotético paso adelante. Se da la autodeterminación o la independencia o lo que haga falta. Ya está Euskadi como quería ser, incluida Navarra. Pero demos un paso más. La zona de la Ribera, el sur de Navarra, considera, entonces que su historia, su cultura y su idiosincrasia nada tienen que ver con ese nuevo País Vasco y deciden solicitar su propio derecho a decidir al Gobierno de Euskadi. Este Gobierno ¿podría negar a la Ribera lo que no le han negado a él? Hipotéticamente, claro.

Una situación similar se podría decir cuando hablamos en el ámbito de la política. Hoy por hoy sólo decidimos cada 4 años, que es poco para lo que nos jugamos. Hoy lo estamos sufriendo. Hay quienes quieren llevar este derecho a decidir hasta el límite, llevar la política a la calle, hasta un sistema asambleario. Evidentemente, sería lo ideal, como lo planteaban los antiguos filósofos, si fuésemos pocos y si todos dispusiésemos de tiempo para acudir a estos eventos y no nos lo impidiesen cuestiones tan anodinas (irónico) como el trabajo, la familia o la salud. De ahí la necesidad de delegar y confiar. El problema radica, para mi, en esa confianza y que cualquier modificación debería llegar mediante normas que reafirmen la confianza, una de ellas la absoluta transparencia de los cargos.

Se podría hablar de otros muchos temas en los que siempre acabamos en un extremo o en otro, sin tener en cuenta que hay un amplio margen de actuación a estudiar entre uno y otro.

miércoles, 11 de junio de 2014

PRINCIPIOS Y RESPETO, POR FAVOR

Legalidad. Principio de legalidad. Es importante seguir la Ley, incluso, para cambiarla. Porque la Ley es la garantía para que nadie quiera hacer lo que le dé la gana o quiera arrogarse la exclusiva de la voluntad popular. Esta se gana en las urnas. No hay otra forma. Habrá otras formas de expresión, pero la decisión democrática está en las urnas.

Y es que últimamente esto se ha convertido en un gallinero para ver qué gallo grita más. Cuando lo que hace falta son debates pausados, con argumentos, razones y siguiendo los principios de legalidad, justicia, igualdad, respeto a todos y bien común.

Cualquier debate de ideas no debe acabar excluyendo opciones, sino aunando o, al menos, respetando. Por eso me pregunto ¿Qué ocurriría en el PSOE si no hubiese respeto entre nosotros en cuanto a las diferentes visiones sobre cómo atajar la situación actual? Basta de excluir, basta de pensar en verdades absolutas, basta de creernos siempre mejor que el de enfrente. Hay que asumir lo que diga la mayoría, guste o no guste o mejorar las verdades de cada uno con las verdades de los otros.

La pena de todo esto es que la izquierda se deshace en añicos y no sabe por dónde tirar, abriendo debates lícitos, pero que, hoy, dejan de lado a millones de parados y a personas que andan pasándolo mal. Lo primordial es eso. Y, al mismo tiempo, siguiendo el principio de legalidad, ir trabajando las posibilidades, si así se decide, de un nuevo modelo de Estado. Pero con un trabajo serio, sereno y con propuestas definidas con detalles.

Sin embargo, ese trabajo lo veo complicado porque cuando vas a manifestaciones en pro del referéndum o, incluso, de otra índole, ves a gentes de todo tipo, incluso gentes con las que jamás he comulgado. Por ejemplo, no comulgo con los objetivos nacionalistas, y menos, por cercanía, con el nacionalismo abertzale. Lo respeto, cada cual puede defender lo que crea, siempre que no vaya en contra de los Derechos Humanos y lo haga con respeto.

Pero yo siempre me he confesado no nacionalista: ni española, ni Navarra, ni de nada. No me caso con banderas de ningún tipo. Como dije en un Comité Regional de mi partido, el PSN, mi nación es lo público y mi bandera la Libertad, la Igualdad y la Justicia. No es que sea un capricho, es algo muy simple; el nacionalismo me parece excluyente, prima la diferencia, el ansía de distinguirse en grupo frente a los objetivos comunes de la Humanidad y los objetivos individuales de cada uno.

Quizás peque de inocente, de ilusa o utópica, pero creo que quizás nos falta un poco de todo eso a todos.

Por eso pido un poco de pausa, por favor. Porque, mientras, la derecha se muestra tranquila viendo la carnicería desde la barrera, alentando, vitoreando y ya esperando otros 5 años en el sillón.

sábado, 7 de junio de 2014

DESARROLLO RURAL O SÓLO ECONÓMICO (ponencia esquemática para Juventudes)

Esta es, en esquema, algunas cosas de las que comenté a los Jóvenes Socialistas el pasado sábado. He intentado explicar alguna cosa más para que se entendiese)

PREGUNTA: CUÁNTOS JÓVENES se quedarían a vivir en un pueblo?

La mayoría de los jóvenes tienen pocas oportunidades en una pequeña localidad y más si están formados. Sin embargo, al pasar los años, es curioso que empezamos a valorar la tranquilidad de los pueblos.
Pero, evidentemente, un pueblo no necesita carcamales, necesita de sus jóvenes para plantearse un futuro y necesita de un futuro que dar a los jóvenes.

Dicho esto, analicemos la situación desde diversos puntos de vista:

1.    Creo que el desarrollo rural se ha estancado en varios sectores: agricultura, ganadería, turismo y algo de industria, en la población que tiene suerte. Se puede investigar en el mundo rural y crear puestos de calidad.

2.     Por otra parte, la idiosincrasia existente en los pueblos tiende hacia el mantenimiento. ¿Qué quiero decir? siempre se ha hecho así; así se funciona; aquí no se ha hecho otra cosa. Es decir, siempre se mira hacia atrás. Pero quien se engancha a eso es porque le da un estatus que de no ser así, quizás no tendría. Y hay que empezar a mirar hacia delante y no sólo hacia atrás. Eso requiere valentía y sacrificio.

3.    Razón de estas dos situaciones: el desarrollo lo estamos vinculando totalmente a la economía. Igual que los estudios, ahora hay que analizar cuál nos va a dar suficiente dinero.

 Aquí, me voy a poner en PLAN FILOSOFICA    

Hemos olvidado en cualquier análisis que hacemos de desarrollo un concepto básico y primordial de la humanidad que ha sido objetivo siempre: LA FELICIDAD y unida a ella, la consecución del Bin común.               

¿QUÉ ENTENDEMOS POR FELICIDAD?

Tener uno o dos coches, la casa más grande, el Ipo o Ipad nuevo, el movil que más cosas hace. ¿Eso es lo que queremos? Bueno, hoy la felicidad para muchos jóvenes está en lograr un trabajo, y después un salario, pero eso no resta el hecho de un objetivo económico.

 Bien, si lo que entendemos fuera así debemos saber dos cosas:

1.    Que el mundo, la tierra, difícilmente podrá aguantar esto, tanto a nivel residuos como producción.

2.    Que nosotros tengamos todas esas cosas conlleva que millones de niños mueran de hambre y enfermedades. Me dirán que eso es demagogia. No. Es real. Igual que las ayudas que Estados Unidos otorga a sus agricultores. Con ellas pueden hacer sus productos más atractivos frente, por ejemplo, a los de MEXICO. Y entonces los pequeños agricultores mejicanos tienen que vender sus tierras a los terratenientes norteamericanos, quedándose sin nada con lo que trabajar y teniendo que ir a la frontera. Debemos tener claro que aquellos que vienen a nuestros países es porque, previamente, les hemos quitado sus posibilidades para tener las nuestras.

Y AHORA ESTO LO TENEMOS EN EUROPA, la comodidad de los bancos alemanes la está pagando la población española, parte de la cual pasa hambre y enfermedades,

Si nuestra felicidad puede ser así, sin conciencia global. No habría mucho más que añadir.
Pero si nos queda un poco de conciencia hay otro posible desarrollo, que no implica volver a las cavernas, como siempre algún interesado apunta para seguir como hasta ahora, y que nos puede llevar al objetivo de la FELICIDAD.

 AMENAZAS Y OPORTUNIDADES

 Amenazas

1.    Querer EQUIPARARSE a una ciudad cuando se pueden explotar otros atractivos.

2.    DEPENDENCIA de ciertos sectores en el ámbito rural que no pueden acoger empleo de calidad para jóvenes.

3.    Querer hacer LO QUE ME DE LA GANA con el territorio. No primar sectores, sino el conjunto, tener ideas globales como el bien común. Es como ahora con primar el DÉFICIT y sólo el déficit.

4.    FALTA DE INFORMACIÓN. El mundo rural se vuelve endógamo y no quiere saber nada de fuera. Tú traes debates o conferencias a un pueblo y ahora que se habla tanto de participación, pocos acudirían, Porque una frase muy habitual es; “a mi me van a venir los de fuera a decir cómo se hacen las cosas”.

5.    DEPENDENCIA ENERGÉTICA.

6.    Servicios: hay mucho que hacer en el tema de la dependencia.  Los mayores cada vez serán más mayores.

 Oportunidades

1.    Es necesario valentía y sacrificio. Valentía porque algunas iniciativas pueden ser un fracaso, pero igual pasa con los emprendedores que montan un negocio y si les va mal, siguen intentándolo. Así debe actuar lo público, no tener miedo, porque arriesga poco.
2.    Las oportunidades NO SON GENERALES, dependen de cada localidad y su propio desarrollo, de sus potencialidades. Pueden ser una fábrica de ensayos para los nuevos tiempos.
3.    Medio Ambiente, espacios naturales y Agua
4.    Sector primario donde existen muchas cosas por mejorar.
5.    Convertir los problemas en oportunidades

 Objetivos:


El desarrollo pasa por

1.    Más información, aunque sea con embudo,

2.    Cambio de mentalidad. Objetivo que nos llevará años y más si no se implica la juventud. Sobre todo la mentalidad de consumo.

3.    No querer parecerse a una ciudad, por ejemplo en el URBANISMO. Lo positivo de un pueblo era fundamentalmente la sociedad que existía, la vida en la calle. Pero esa característica ha ido cambiando conforme cambiaban los modelos de valoración. Es decir, los pueblos en urbanismo han tendido a un urbanismo agresor con el territorio, casas más grandes para vivir más dentro, abandono de los cascos urbanos. Los pueblos son más grandes con el mismo número de personas. Eso provoca unos costes impresionantes a nivel de servicio y a nivel medioambiental. Ya no valoramos el territorio y lo que este nos puede ofrecer: espacios de esparcimiento, de convivencia, los sacrificamos en favor de mejores casas, más ostentosas. Si os fijáis en este pueblo no hay casi espacio, ni árboles, una verdadera lástima.

4.    Aprovechamiento de los nuevos sectores que nos traen ahorro energético con posibilidad de EMPLEO AUTOSUFICIENTES.

5.    Turismo cultural.

6.    Investigación: existen problemas, por ejemplo, en esta zona con la invasión de conejos que destrozan infraestructuras agrícolas. En lugar de intentar acabar a escopetazo limpio, que no ha dado sus frutos, investiguemos a nivel biológico.

7.    Potenciar sectores sin olvidar nuestra salud y la de la tierra.

 ACTUACIONES------BIEN COMÚN


1.    Renovables sí pero con cabeza, mejorándolas, tendiendo al ahorro. Todo exceso es malo. No podemos plantar aerogeneradores y provocar otras afecciones, por ejemplo, en las aves. Eso podría conllevar efectos que no conocemos.

2.    Estudiar el impulso de la Biomasa. Quizás con pequeñas iniciativas desde el mundo rural. En muchas localidades las podas se llevan a vertedero. Sería necesario un aprovechamiento,

3.    Las Agencias de desarrollo local: hay que mejorar los proyectos que se subvencionan. Tienen que contemplar objetivos globales de desarrollo. Hoy, en muchas ocasiones, están dominadas por la política del PP o de UPN, en el caso de Navarra.

4.    Reutilización de basura, materiales biodegradables, revalorización de materiales. Existen potencialidades en cada situación. Por ejemplo, en Olvega ha surgido una empresa de fabricación y revalorización de pelotas de golf.

5.    Potenciar las investigaciones sobre el agua y cómo mejorarlas.

6.    Aprovechar debilidades: agua, incendios (seguimos con las mismas técnicas para apagarlo).

7.    Políticas de ahorro. El ahorro es diferente al recorte. El ahorro significa reducir donde no es imprescindible. El recorte es como una segadora.

8.    Recuperación de patrimonio con aprovechamiento. Por ejemplo, en esta localidad, Cabanillas, existe uno de los trujales más antiguos y mejor conservados de Navarra. Es propiedad privada, pero hubo un intento de donación que podía haberse estudiado. Asimismo, se podía habar accedido a ayudas de Europa. El trujal, en un lugar privilegiado al lado del río Ebro, podía haber servido no sólo para visitas, sino para grupos de trabajo de estudio e investigación de la dinámica fluvial, los suelos y otras muchas posibilidades que nuestros jóvenes podían haber aportado.

BARDENAS

 Es un parque natural y una reserva de la biosfera. Tiene una legislación y aunque tiene usos tradicionales reconocidos, no se puede hacer lo que a uno le viene en gana. Es un territorio patrimonio de todos, algo que olvidamos.

 Por el polígono de tiro cada Ayuntamiento recibe 195.000 euros: ¿alguien ha preguntado en qué lo utilizan los Ayuntamientos? Yo siempre he creído que ese dinero debía legar con la obligación de dedicar una parte al medio ambiente y desarrollo sostenible, que quiere decir, desarrollo continuado, no para un plazo corto.

 

 

 

viernes, 23 de mayo de 2014

"MANERAS" DE HACER POLÍTICA

Se dice, y más en estos últimos tiempos, que los dos partidos mayoritarios son casi lo mismo, porque los ejes esenciales vienen marcados por la agenda económica. Sin embargo, esta reflexión peca al olvidar uno de los aspectos de la política: las maneras de hacer; no las formas, porque éstas parecen implicar un trasfondo oculto. Las “maneras” entiendo, suponen un aspecto particular, el cómo entienden determinadas personas que se deben hacer las cosas, los principios por los que se guían.

Las maneras de hacer política son muy diferentes en uno u otro partido, aunque de todo hay en esta viña, porque el hombre es un animal imperfecto, al que se le tienta fácilmente y cae fácilmente. Por eso es importante tener claro que nadie es mejor que nadie y que lo que hay que hacer es ponerse a prueba cada día.

Para eso están las "maneras" de hacer política, que implican varios principios y conceptos. por los que se guía el político, más allás de programas y reglas.

Una manera es seguir el principio de igualdad y equidad, que no es lo mismo, porque no todos somos iguales, lamentablemente, ni partimos de una misma situación: hay quienes tienen posibles y hay quienes no, hay quienes están enfermos y otros no, etc. Un tratamiento igualitario o mejor equitativo, según condición, es esencial. Pero en política, normalmente, se olvida y aparecen los acostumbrados “favores”, de raíz muy latina, pues los filósofos griegos ya hablaban de ellos. Favores que, incluso, pueden ir in crescendo cuanto más descendemos en el ámbito de la administración pública. Y claro, si uno no tiene claro el principio de igualdad, no tiene ningún escrúpulo en defender el interés de unos pocos. Por poner un ejemplo, el empleo público. Aquellos que no lo defienden es, en muchas ocasiones, por un interés: el interés de utilizar la arbitrariedad en la adjudicación de los puestos de trabajo, por ejemplo. Pero hay otros muchos favores que se hacen a cambio de regalitos; varios ejemplos hemos tenido en los últimos años. Y aquí encontramos uno de los instrumentos claves que se utiliza en política y que debiera ser eliminado y que, creo, que a la derecha le gusta un montón: la arbitrariedad. Un poquito mejor nos iría si consiguiéramos eliminarla, pero ¡Qué complicado parece ser, a veces.

Y podría ser tan simple como creer en el principio de legalidad. Hay quienes entienden que la legalidad se debe plegar a los intereses de los propios, es decir, que la Ley sólo se debe cumplir cuando beneficia a quien entiende el gobernante que debe beneficiar, olvidando el bien público, el bien de todo el conjunto y no de determinadas partes. El bien común es un concepto muy antiguo, pero que se nos ha olvidado a todos.

Pero lo curioso del principio de legalidad es el resultado.  La corrupción en el PSOE tiene siempre consecuencias, sean del tipo que sean, porque existe, entre gran parte de sus filas un sentimiento de igualdad. De hecho, los casos de corrupción se pagan en las urnas: en Navarra el PSN no ha vuelto a gobernar tras el caso Urralburu y eso que, a pesar de lo que hizo, fue un gran Presidente. Mientras la derecha, desde ya décadas, ni asume, ni sufre consecuencias ni legales, ni de ningún otro tipo, ni siquiera morales. No entienden de bien público. Para ellos, la Ley se debe utilizar arbitrariamente, (otra vez) según me convenga o no.

De ahí que los empleados públicos sean tan importantes para el control político (aunque en Navarra de poco les ha servido). El cumplimiento de la legalidad debería asegurar el principio de igualdad y eliminar la arbitrariedad con la que algunos tratan los asuntos tanto a nivel nacional, regional o municipal. En este último caso suele ser mucho más patente, porque la cercanía al ciudadano se establece como la justificación  que algunos políticos encuentran para manejar la política arbitrariamente. Esto es: según la cara que tenga o quién sea el ciudadano que se permite pedir favores, frente a aquellos que se quedan en casa sin pedirlos: el político sin maneras nunca piensa en estos últimos.

Una de las razones es que se ha olvidado el principio de la Justicia. Como es ciega, pues no ve quién la ejecuta y quién no. Y es que la Justicia ha acabado siendo un concepto un tanto indefinido y muy particular, pues cada cual tiene el suyo y lo utiliza como quiere. Entiende la Justicia como justicia propia. Olvidan que, en política, hay un concepto para guiar estos principios. Es el concepto de bien público, la búsqueda del bien común, la Justicia social. Concepto que ni políticos, ni ciudadanos tenemos asimilado, no lo hemos hecho nuestro. De ser así, nadie iría a la Administración más cercana a hablar con el político de turno para que tuviera a bien hacer un favorcito. Iríamos, en todo caso, a solicitar la revisión de las reglas de juego. Sean ordenanzas o leyes, esto es legislación. Nos implicaríamos en la vida social, no para resolver mi asuntillo, el “¿qué hay de lo mío?” sino para resolver el asunto de todos. Porque resolviendo el problema de todos, siempre habrá cierta resolución del nuestro. Y si no es así, es que lo que queríamos no era justo o pretendía conseguir mejorar y medrar a costa de los demás.

Como hemos dicho hay que seguir el principio de legalidad, pero eso no quiere decir que la Ley sea perfecta, hay que mejorarla, por parte de todos, con la ayuda de todos. Pero mientras, hay que cumplirla e interpretarla en base al sentido común y la ética del bien común.

Son cuestiones de principios, cuestiones de las que poco se habla en los debates, pero que son el origen de uno de nuestros grandes problemas: la corrupción a todos los niveles de la sociedad. Porque la corrupción no sólo es llevarse dinero a casa, sino también gestionar mal a sabiendas y pretender hacer favores, aunque no lo consigas. (Esto último me recuerda a algún caso reciente de Navarra, pero no caigo ¡Fíjate!).

 

sábado, 10 de mayo de 2014

DESTRUIR EUROPA O ME APEO (Abstenerse de leer mentes literales)

Descubrió José Luis Sampedro que la vida construye destruyendo y destruye para construir; puso como ejemplo para ello la caída del Imperio romano que supuso la entrada de un nuevo sistema. No se equivoca Sampedro. La destrucción es algo que está en el mismo origen de la vida, en su devenir y en muchas de nuestras experiencias de las que renacemos, de algún modo. Por tanto es algo que podemos extrapolar, incluso, a la política actual, a la misma Europa. Una Europa que, quizás, hay que destruir para construirla mejor. Porque, quizás, se creó con unos cimientos puramente económicos. No en vano era su objetivo inicial, pero las cosas han cambiado. Esos cimientos hoy no son los adecuados para las personas. Como decía Aristóteles el comercio del dinero, es decir, el interés es dinero producido por el dinero mismo y de todas las adquisiciones es la más contraria a la naturaleza, no es algo que tenga en cuenta al hombre y sus necesidades. Y el hombre, las personas son el objetivo primordial de cualquier acción política. O, al menos, así debería ser. Porque si no tenemos en cuenta al hombre, a las personas a dónde nos lleva eso, nos lleva irremediablemente a un callejón sin salida,  a una destrucción. Si miramos más por el mantenimiento del dinero que por el mantenimiento del hombre estamos atacando uno de los pilares de la vida, la supervivencia.
Sin embargo, la destrucción puede ser controlada o descontrolada. Como un edificio puede derrumbarse con consecuencias funestas o no. Así debería ser la destrucción de Europa, destruirla sabiendo que su destrucción conllevará la creación de una Europa más justa. Ese debe ser el objetivo destructor.
La destrucción no tiene por qué ser traumática, ni negativa, si se tiene como objetivo la reconstrucción sobre cimientos que valoren las personas. Una Europa que habla en datos inapreciables para el conjunto de la población, como son la previsión de crecimiento, IPC y los diversos datos macroeconómicos, no es un ente social, ya que no tiene en cuenta a sus individuos. Volviendo a los griegos, los de hace miles de años, hay que tender hacia lo que definían como ciudad que es la sociedad civil constituida con todas las Leyes necesarias para su armonía frente a la nación que es la agregación sin relaciones determinadas.
Esa sociedad civil tiene que sentirse protagonista y no quienes interpretan esos datos para decirnos que todo va bien bien, sin que para la mayoría eso signifique, ni implique nada a años vista.
Pueden soñar, algunos, con esos datos positivos, pueden señalar que son muy reales, incluso. Yo estoy dispuesta a creerlo si quieren, pero no puedo, ni podrán obviar la realidad del conjunto, a la meta que nos lleva esas maravillas que dicen tener de datos: la de una Europa que se ciñe a lo económico, al comercio del dinero. Y el dinero nos hace desiguales, si no existen mecanismos que lo impidan. Por eso, pueden lo políticos soñar con salir de la crisis, pero será una falacia porque seguirán muriendo niños de hambre, habrá familias sin atención sanitaria, jóvenes truncados por no poder estudiar y volverá el dinero a querer más dinero para comerciar y a buscarlo en la presión sobre los ciudadanos, porque éstos ya no importan, importan las cifras de negocio y con eso todos felices. Felices los que importan es esta Europa.
Por eso muchos entienden que el PSOE no encuentra su lugar. Es lógico. Un partido que ha gobernado no puede promulgar la destrucción, aún cuando su política vaya dirigida a las personas, como demuestran sus siglas y su historia. Por su parte, la derecha lo tiene claro, tiene su proyecto, el comercio del dinero, el mantenimiento de lo mismo, sin tener en cuenta que, al final, ese mismo trayecto nos va a llevar irremediablemente a la destrucción incontrolada. La insostenibilidad del modelo productivo es algo patente, aunque no queramos verlo: el hambre es un hecho patente, la inmigración no son personas que nos vienen a atacar, vienen porque les estamos atacando nosotros. La infelicidad occidental cada vez está más arraigada, ya no se aspira a sueños, los sueños de los jóvenes vienen precedidos de una racionalización práctica y, fundamentalmente, monetaria ¿Podemos vivir así sin que nuestra conciencia nos diga nada? ¿A esto ha llegado el ser humano? Si no tenemos conciencia, ¿nos daremos cuenta, algún día, de que estamos destruyendo nuestra casa, nuestro mundo?
Esa Europa que me presentan los datos no me merece la pena. Vale la pena una Europa que nos diga: vamos a garantizar la sanidad, la educación y los servicios sociales básicos para todos. Y a partir de ahí intentar construir una economía que propicie, poco a poco, mayores niveles de bienestar, sin que estos supongan el sacrificio de muchos para el bien de unos pocos. A mi me gustaría esa Europa. La otra no la quiero, para la otra, por favor, paren el mundo que me apeo.

martes, 1 de abril de 2014

ESTA COCHINA EUROPA

Y es así. Esta cochina Europa que pone por delante los intereses financieros que los de sus propios ciudadanos. Esta cochina Europa que nos obliga a apretarnos el cinturón hasta asfixiarnos. Esta cochina Europa que nunca tiene suficiente y exige más. Que mira con recelo a los países del sur, suponiéndonos vagos y demasiado festivos. Esta cochina Europa que vuelve a ser la de otros tiempos cuando, todavía desunida, manejaba con la diplomacia de los países de siempre, esos que nos vienen a la cabeza hoy, los hilos de los intereses de determinadas Compañías, por ejemplo cuando todavía había colonias. Y, curiosamente, todas esas cábalas que se hacían entre diplomáticos, se hacían sin contar, por supuesto, con algunos invitados, como los Ministros de España, a los que escuchaban, sí, para darles las migajas. Cierto que no podemos hablar muy alto, pues fuimos potencia mundial, aunque se hicieran ricos muchos con nosotros y nuestros gobernantes.

Y esa cochina Europa de siempre se repite más que nuestro ajo a la Sra de Beckham. Porque vuelven a repartir las migajas. A España le toca la PAC, de la que no para de hablar el PP. Pero a costa de eliminar otras empresas. ¿Cómo sino se entiende lo que pude oír hace unos meses en la radio sobre una feria en Zaragoza donde nuevos astilleros de empresas, creo que holandesas, buscaban profesionales cualificados aquí para trabajar allí, mientras se desmantelaban los nuestros? Algunos dicen que tenemos gente muy cualificada: ingenieros, científicos y operarios. No en vano hemos sido una potencia mundial marítima, hasta que llegó la pérfida Albión. Pero el tener gente cualificada no vale para España. España debe cultivar tierra, nada más. Y lo hacemos bien, pero podremos hacer algo más. Porque si bien es cierto que la agricultura es fuente de riqueza, empleo y medio ambiente, a veces, no sólo de verduras y fruta vive el hombre.

Sí. Esa cochina Europa nos pide ahora que vayamos a votar. Y eso después de actuar con un cinismo  muy propio de ella. Porque mientras nos dicen que gastemos menos, hace un informe para decirnos que los españoles pobres somos más pobres todavía. No hace falta informes para eso. Pero, a pesar de ese cinismo, pues hay que hacerlo, hay que votar en Europa a ver si de una vez hablamos claro y desmontamos de una vez esa cochina forma de hacer las cosas. Cambiarla es cuestión nuestra y en nuestro voto esta esa posibilidad. Por lo menos soñemos con ello.

Y si no soñamos, al menos, a falta de buenos gobernantes, que es lo que siempre nos ha pasado, hagamos como el Capitán Alatriste, luchemos aunque la batalla parezca perdida.

De paso, humildemente pido, como formada en comunicación, que de nada sabe y habla de todo,  que alguien me corrija, porque, siendo así, en estas cosas peco de hablar más con el estómago que con la cabeza. Y es que la cabeza suele hablar en alemán, inglés o chino, que está de moda. Yo hablo español y francés, mal asunto  hoy.

sábado, 22 de marzo de 2014

ANTIHÉROES

Siempre he confesado mi debilidad por la Generación del 98, sobre todo por Unamuno, Pio Baroja o Valle Inclán. Y hoy tengo la sensación de que esa Generación podría estar de nuevo vigente. Aquellos años de derrota, de una sociedad sin horizonte, se repite; la historia se repite y la sociedad se impregna de antihéroes cuyas vidas son más ejemplares que las de los propios héroes. Al menos, a mí me atraen más los antihéroes, porque esos antihéroes llegan a esa condición, habitualmente, por reflexionar sobre cosas que no debieran tener importancia, por ejemplo, la felicidad. Una felicidad que hemos constreñido bajo las normas de la correcta felicidad.

Por eso vuelvo a releer a mis amigos del 98 y encuentro que nada ha cambiado. Es bueno releer porque en la relecturas encuentras nuevas perspectivas, porque tú mismo eres distinto. Te han pasado cosas.

Releo a Valle Inclán en su Tirano Banderas y encuentro no pocos detalles que recuerdan nuevos tiempos. Pero no quiero hoy reflexionar. Quiero invitar a la reflexión con estos autores y algunos retazos que  cualquiera le traeran semejanzas.

Por ejemplo cuando el Director-propietario del periódico “Criterio Español” le dice al periodista que cubre un acto político en el que se reivindicaban derechos sociales e individuales “Nosotros no podemos decir que el público premió con una ovación la presencia del licenciado Sánchez Ocaña. Puede usted escribir: los aplausos oficiosos de algunos amigos no lograron ocultar el fracaso de tan difusa pieza oratoria, que tuvo de todo, menos de ciceroniana”.

O cuando momentos antes se señala “el Gobierno del General Banderas, con la autorización de esta propaganda, atestigua su respeto por todas las opiniones políticas”. Aunque, poco después, el acto en cuestión es boicoteado por los agitadores de Banderas, para conseguir que acabe en un altercado, justificando así lo que habitualmente dicen los potentados personajes de los que defienden las libertades y derechos de la gente: unos alborotadores.

O, aún más, en otra frase contundente “los principios humanitarios que invoca la Diplomacia, acaso tengan que supeditarse a las exigencias de la realidad Palpitante”. ¿NO les suena a algo?

Y podríamos seguir tomando apuntes de aquí y allá y veríamos cómo acabamos mendigando como Max Estrella o con el desaliento de Andrés Hurtado.

martes, 18 de febrero de 2014

"LA DUDA OFENDE" SEÑORA BARCINA

Hoy he escuchado a la Señora Barcina en la Cadena Ser entrevistada por Pepa Bueno y ha logrado, la actual presidente del Gobierno de Navarra, confirmarme lo que creo, y es la falta de pudor y respeto hacia las instituciones públicas, incluidas en ellas a los trabajadores de la Administración.

Esa es la cuestión más importante a mi modo de ver: enfrentar una palabra contra otra, la palabra de un político frente a la palabra de un empleado público. Ahí radica lo más sustancioso del asunto. Porque, se podría decir a la señora Barcina: “la duda ofende”. Sí señor, la duda ofende cuando se refiere a la Administración Pública. Porque: ¿qué creen que hacen los empleados públicos sino controlar lo que les gustaría hacer a los políticos? Por eso ustedes, la derecha más, ¿cómo la llaman ahora? ¿liberal?, está empeñada en acabar con los empleados públicos, que deben ser independientes y no llegar a ese trabajo más que mediante concursos de igualdad, capacidad y mérito; y estar blindados para que no los puedan echar porque me caen mal. Por eso los ponen a caer de un burro, por eso han hecho campaña tras campaña llamándoles privilegiados, cuando lo que de verdad quieren es que dejen de tocarles las pelotas y de ponerles trabas para que puedan hacer lo que les venga en gana con sus amigos. Es así de simple. Estoy segura de que hay muchos técnicos de hacienda, interventores o secretarios que sacan los colores a los políticos de turno y éstos siguen empeñados en hacer lo que la Ley no dice o saltársela por la puerta de atrás, que es la técnica mejor que hay, porque todo es muy legal, aunque huela a podrido. Por eso, ante la palabra de un político y la palabra de un empleado público, creo, si nadie me demuestra lo contrario, al empleado público. Siempre puede haber algún que otro empleadillo un poco avispado, pero suele ser muy poco habitual, a menor escala y siempre, curiosamente, amparado por un político.  Porque el empleado está ejerciendo su trabajo, al que ha accedido a través de una oposición, para la cual ha tenido que esforzarse, y mucho. Por eso, me extraña que una persona que tiene un trabajo importante y fijo se arriesgue a un expediente. ¿Para qué? Por despecho han llegado a decir, alguna vez. En cambio, un político está ahí porque le han puesto y si pierde su cargo tiene que volver a trabajar y, por tanto, mejor dejarse el camino y el futuro bien asegurado.

Sí, yo creo en la presunción de inocencia y que hay que demostrar los hechos, pero no me defiendan la honorabilidad de un político, echando por tierra la honorabilidad de un trabajador. Que no, que por ahí no paso como ciudadana que conoce lo recovecos que deja la administración para trapichear.

Insistía Barcina en que las ayudas a una empresa, que figuraba entre las clientas de la anterior asesoría de la Consejera Goicoechea,  habían sido concedidas a través de un concurso público. Todo muy legal, decía, y con unos criterios claros en los que primaba la fecha de solicitud. Insistía, por su parte, Pepa Bueno en que eso daba mucho que pensar.  ¡Claro que da que pensar! Es el todo. Porque quien ha estado en la Administración sabe que los criterios los pone el Gobierno y sabe que las fechas las conoce el Gobierno y, por tanto, la señora Goicoechea. ¿Sabía la señora Vicepresidenta del Gobierno de Navarra cuándo y con qué criterios se iban a otorgar esas ayudas? ¿Hay algún papel en el que la señora Goicoechea se inhibiera textualmente de este proceso?

No me atrevo a hablar sobre las “verdades sacadas de contexto”, porque conllevaría un análisis a parte y tendríamos que entrar dentro de la Teoría de la Comunicación y no estamos para eso, que el tiempo apremia.
Luego viene lo de las estrategias, lo de los tiempos de la Comisión. Quiero recordar que los ciudadanos estamos hartos de comisiones de investigación que se alargan en el  tiempo y que, al final, nunca se sabe nada. Así que, por una vez, que se ponga un plazo, bienvenido sea. Y para colmo, el mayor cachondeo, lo de la justificación de UPN que fue apoyada por Bildu en algunas localidades como Tafalla u Olite. Pero, ellos son muy pulcros y santos, no nos olvidemos. Ellos no llegan a ningún acuerdo con esa "clase de gente". Ahora bien, el PSN es otra cosa, es el malo de la película, que va a recibir el apoyo de Bildu en la moción de censura habiendo llegado, dicen, a un acuerdo de Gobierno. Un acuerdo de un gobierno para dos meses, que son los que durarán hasta las próximas elecciones.

Y sobre todo, ¿alguien se ha dado cuenta que Bildu ha logrado 7 parlamentarios? ¿Cúal será la razón? ¿En serio creen que quienes han votado a Bildu son todos unos asesinos o unos simples corderitos que votan lo que les dicen, manejados por las estrategias subversivas y manipuladoras de quien sólo entiende de violencia? Porque si creen eso, mírense ustedes el ombligo.

Por Zeus, que no quiero meter a Dios, que el pobre anda siempre metido en política, aunque no quiera ¡cuándo llegará el futuro a Navarra!

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL ARTE DE ESCURRIR EL BULTO DE LA DERECHA

No deja de sorprenderme la agilidad que tiene la derecha para escurrir el bulto cuando se pasa la línea roja de la legalidad. Esta semana tenemos el extraño caso de la Señora Goicoechea en Navarra, Vicepresidenta y Consejera de Hacienda, que, por supuesto, está limpia como el culito de un bebé, aunque le acusan de haber intentado que la Hacienda Navarra tuviera un poquito de mano dulce con algunas empresas. Pero, la culpa la tiene la señora Directora de Hacienda que, cuando vio esas cosas de las que habla, en sede Parlamentaria, no lo denunció en su momento. El hecho pasa a segundo plano, lo importante es por qué no lo dijo antes. Si la Consejera hizo o no hizo determinadas actuaciones no tienen importancia, frente a lo que hizo la Directora, que no denunció a su superior, (supongo que la Consejera), lo que estaba haciendo la Consejera (esto también es un arte). No cabe la menor duda, la culpa es de los demás. Es el arte de escurrir el bulto.

Pero igual que éste hay a patadas en el panorama nacional, local o regional. La derecha es una experta en escurrir el bulto y acaba siendo la más legal del mundo cuando es pillada llevándose al bolsillo algo que no le corresponde, ella o sus amigos. Me da igual que sea la Sra. Goicoechea, la Sra. Cospedal, hablando del trabajo en diferido de su marido, o de un concejal cobrando por ir de fiestas, o la mismísima Ana Botella afirmando aquello de “la duda ofende” cuando le preguntaban por las facturas que alguien paga de la boda de su hija.

No sé cómo se las apañan para legalizar todo lo que el sentido común de las gentes entiende como falta de ética o, más claramente, para entendernos, caradura.

Porque el señor marido de la Cospedal, por supuesto que puede trabajar en una empresa privada. El problema radica en que mientras los demás no encuentran trabajo, por mucha formación y dotes que tengan, hay unos cuantos, curiosamente muy cercanos a algún partido político, que siempre encuentran donde meter la patita y la cuenta del banco. Todo muy legal, dicen siempre. Por no hablar de esos jueces tan independientes con carnet del PP, eso sí, no es incompatible, muy legal ¡Oye tú, la duda ofende! Y a lo mejor todo es como dicen, legal. Pero, qué se yo, un poco de vergüenza, por favor. Los ciudadanos seremos molestos cuando gritamos y pedimos que nos expliquen cosas, pero tontos, tontos, señores, no somos.

Nos hablarán de legalidades, pero yo les hablaría de otra cosa que es muy antigua ya. Retomaría a Platón, siempre bien entendido dentro de la época en que vivió. Apostaba por unos gobernantes con sentido de lo público y con algo muy importante: ETICA. Mira si hace años que vivió y estos todavía sin enterarse de lo que es.

sábado, 1 de febrero de 2014

UNA PRIMARIAS, SECUNDARIAS, POR AHORA

Las primarias del PSN son en estos momentos secundarias, o así me lo pareció a mí, tras el Comité Regional del pasado sábado. Sencillamente, porque lo que más importa al Partido Socialista de Navarra son las personas y sus problemas, que hoy en día son muchos y de gran calado: el paro, la rebaja de los salarios y de las condiciones laborales, el ataque a los derechos más elementales como la sanidad o la educación y hasta la propia libertad. ¿Alguien cree que nos preocupan las primarias ante este panorama, máxime cuando ya están decididas? Aquellos que tienen tanto interés, por algo será. Quizás porque están bien situados y cómodos, quizás porque no quieren que se hable de otra cosa. Yo no. Yo soy una simple militante, trabajadora de la Administración General del Estado, antes una mileurista, hoy una privilegiada; que sacó una oposición y que, hoy, como otros tantos españoles, no sabe si seguirá en su puesto; que sufre de cerca el problema del paro y la dependencia y lo que genera. Es decir, soy como tantos ciudadanos con problemas que no encuentran solución. Seguro que los míos son mucho menores que los de otras personas que ni siquiera tienen trabajo, pero, seguro que mayores que aquellos que sólo están preocupados por primarias abiertas o cerradas. Yo, como miembro del Comité Regional ni me planteo si primarias abiertas, cerradas o mediopensionistas. Porque vamos a hacer primarias, lo cual es un éxito, como dijo nuestro compañero Anai Astiz y luego ya veremos qué más hacemos, porque hay que hacer mucho más. Y porque en el Partido Socialista podemos debatir sobre opiniones divergentes y coincidir con unos en una cuestión y en otra con otros. Por tanto, me pregunto qué se quiere decir con sector crítico, ¿que siempre está en contra? Yo no he visto eso.

A mí, como a muchos, me preocupa que no se cree empleo, que no se pongan las bases de un futuro; que nos adoctrinen con discursos según los cuales es imposible mantener el Estado del bienestar y que nos tenemos que acostumbrar a otra formar de vivir: a pagar por la Sanidad, la educación, la Justicia… por todo. Y aquel que no pueda, le sugieren que lo asuma diciéndole lo que tradicionalmente ha dicho la derecha “pues lo siento, miren, así es la vida. Dios te recompensará en la próxima”.

Eso sí, quienes insisten en señalar que todos no podemos tener lo mismo y que no se puede ir gastando a lo loco, ellos "invierten" lo que no está en los escritos en Jaguars desconocidos. Eso sí, luego, suponemos, irán corriendo a confesarse poniendo a Dios, la familia, la bandera y la Patria por delante de cualquier derecho de las personas.

Y también me preocupa una Europa que nos incita a bajar salarios; o cómo vamos a restablecer los derechos cercenados por estos Gobiernos y cómo devolver a los ciudadanos los derechos que se privatizan. Cuestión harto complicada y que por esa misma complicación, la Justicia ha puesto freno a la privatización sanitaria madrileña.

Por eso, ante tal ambiente, a mi me preocupa qué hacer y qué vamos a debatir en la Conferencia Política, abierta a la participación ciudadana, y ya, luego, hablaremos de primarias.  Pero después de que hayamos escuchado los problemas de la gente y sus sugerencias. Y después de haber debatido cómo llevar a cabo en Navarra unas primarias abiertas y que sean lo más democráticas posible. No hay que olvidar la tradición Navarra, la falta de información, el adoctrinamiento y el adormecimiento informativo. Porque cuando hay gente que llega a decir que “no quiere que le hablen de política, que está harta, que todos son iguales”, mal vamos. Si la información nos hace libres y no queremos nada de ella, estamos completamente preparados para seguir con el adoctrinamiento y el mandamiento único.

Y aún diré más. Como miembro del Comité Regional señalaré algo que las fuentes mediáticas no señalaron, fuentes muy homogéneas a la hora de ofrecer la información a ambos medios escritos. Diré que estoy harta de salvapatrias, que nos bastamos los ciudadanos; que hoy, para mí, la patria es lo público y mi bandera la igualdad, la libertad y la justicia. Estoy harta de los continuos discursos, debates y tertulias que distraen de los principales problemas. Harta de los peligros que corre Navarra, cuando no corre ningún peligro. Hasta el moño de banderas y patrias, religiones o familias, que sólo responden a una sola y única. No hay más que ver la salida de Barcina infundiendo temor entre los navarros al grito de que viene Bildu. Infundir emociones, es decir, temores, es una de las formas de control del pensamiento individual y un manejo del lenguaje siguiendo las teorías de Alfonso López Quintás. Porque otra cosa es que, Barcina, plantease las cuestiones desde la razón, desde la serenidad y el análisis, pero es mucho más factible la emoción para no explicar nada.

De cualquier forma, ¿a qué viene tanto alboroto? La izquierda abetzale sabe desde hace tiempo de la importancia del dominio de la educación y la administración, todavía aún más cuando ETA mataba;  del mismo modo que lo sabía la derecha franquista en su época y de cómo intentó quedarse bien en su sitio al llegar la democracia. Tal para cual, a la hora de no dejar pensar.

Pues eso, mientras estos van a su bola, nosotros a lo nuestro que son los problemas. Que de las primarias ya hablaremos cuando toque, porque ahora estamos interesados en que la gente sepa lo que nos tienen preparado: un mundo lleno de trampas, pagos y copagos, de paro, de trabajos mal pagados, trabajadores enfermos en su puesto porque no se pueden permitir que les quiten una parte de su sueldo. De insolidaridad, de conformismo, de hastío, las mejores armas para el dominio. Pero, por supuesto, yo no estoy dispuesta a que dirijan mi discurso quienes tienen tantas ganas.