Qué dice el acuerdo de Gobierno de Castilla y León en su punto 10:
“Aprobaremos una ley de lucha
contra la violencia intrafamiliar para promover medidas preventivas y dotar de
una protección adecuada a sus víctimas. Actualizaremos la normativa vigente en
materia de protección para mejorar la atención a las víctimas, especialmente
cuando sean menores, mayores, mujeres,
personas con discapacidad o personas vulnerables, y con especial énfasis en
el medio rural, garantizando la igualdad”.
¿Qué problema tienen las
mujeres en reconocer que hay violencia contra los niños, contra los mayores o
contra cualquier persona? ¿No se declaran pacifistas?
Diferenciar entre sexo o edad
es desigualdad ¿Acaso las feministas están a favor de la desigualdad? Puede, ya
que lo llaman discriminación positiva que, en este caso, sería un eufemismo de
desigualdad.
Hay muchos tipos de violencia
familiar que ni siquiera son tenidas en cuenta, en muchas edades y en muchos
sexos. Pero como rezaban los carteles en los pueblos “no se toleran las
agresiones sexuales o machistas” las demás sí, las demás las dejamos pasar para otra ocasión.
Esa es la incongruencia en la
que se está cayendo.
Muchos dirán que es una forma
de no visualizar la importancia de las muertes de mujeres en manos de sus
maridos o ex parejas. Sin embargo, no deja de ser una excusa. Las excusas, hoy
en día, son muy utilizadas desde los Gobiernos, no importa de qué ámbitos. La
violencia contra la mujer se visualiza en los informativos cada día y en sus pueblos y en sus ciudades; y los
20.000 millones de euros para políticas de igualdad también se visualizan
perfectamente. Lo que no se visualiza es lo demás.
Por mi parte, seguiré diciendo
que el problema de hoy en la violencia machista parte de una raíz antropológica
y hasta que no tengamos eso en cuenta y estudiemos cómo se ha llegado hasta
aquí, Desmond Morris, entre otros, no tendremos nada claro cómo actuar. Pero
estudiar no debe interesar a alguien porque conduce a descubrir cosas que no
queremos descubrir.
Analizar primero, para actuar con paso firme después, no es una costumbre entre la humanidad.