Sí, pobrecitos de nosotros porque
nos están friendo y sin patatas. El caso es que esto de la crisis no hay quien
lo entienda. Unos no reconocieron la crisis a tiempo, creo que pensando que el
admitirla conduciría a una mayor crisis de confianza y, por tanto, ahondaría la
dichosa crisis. Quizás se equivocaron. Lo admitieron, sí, porque la crisis
siguió con confianza, con desconfianza, con optimismo o sin él. Luego llegaron
los otros. Estos no es que admitieran la crisis, es que nos ponían los pelos
de punta y decían que esto era un caos, que no podía ser, que estamos muy
malitos. ¡Vamos! Que uno tenía y tiene pánico al escucharlos. Lo malo es que con ese
discurso del miedo tienen argumentos suficientes para hacer lo que quieran con
nosotros. Y ahí nos tienen crucificados. El caso es que medida va, medida
viene, o más bien, recorte más recorte, los mercados, aun encima, tienen menos
confianza en nosotros y nos dicen que nos vamos a más paro, más pobreza y menos
producción.
Y, ahora, el Gobierno parece que
empieza a decir que las cosas no están tan mal. Algunos Gobiernos de
Comunidades Autónomas, y no miro a nadie, dicen que es deslealtad hablar mal de
las cuentas. Y luego, mantienen, esto se puede arreglar con cuatro recortes más,
pero que hay que sacrificarse. Deberían decir tenéis que sacrificaos.
Pero la cuestión no es esa. Aquí
lo que no entiendo es lo de la deuda ésa. Porque resulta que yo pensaba que la
gente cuando invertía en bolsa, en bonos o lo que fuese, lo hacía para ganarse
un buen pellizco, cuanto más mejor. Pues no, miren, las cosas han cambiado.
Resulta que el bono alemán, que está en negativo, es decir que si inviertes te
devuelven menos, es más apreciado que el bono español que si inviertes te
devuelven de entre un 1 al 5% o más. ¿A que esto no es normal? ¿A que nos hemos
vuelto locos? ¿A que nos quieren invadir otra vez los alemanes dejándonos sin
parné? Invadir la parte no invadida, que alguna zona de España debe andar ya
bien servida.
Bueno el caso es que me parece
que voy a tener que volver a coger el tocho de economía que me enseñaron en la
Uni y repasarlo.
Porque, a ver, ¿qué puñetas hay que hacer? Lo uno no funciona, lo otro
tampoco. Nos queda pensar que hay quien nos quiere joder un rato largo. No te
queda mas que maldecir a esos bárbaros del norte que son unos aburridos que no
veas y decirles ¡vale! Pero sabes que te digo, que me quiten lo bailao. No te
alivia las penas ni el hambre, pero un
regusto sí que da..