jueves, 7 de junio de 2018

SEÑALES Y AUSENCIA DE RESPUESTA

Los seres humanos interactuamos, somos sociales y necesitamos emitir señales entre los que se encuentran los sistemas primarios de mensajes, sin llegar al lenguaje, pero que se han ido desarrollando como en un complejo acuerdo social sobre el significado de las mismas, aunque puede conducir a equívocos. Unos mensajes, a través de señales, que suelen más comunes entre culturas y que varían de unas a otras.


Hoy, a tenor del movimiento en contra de ciertos hábitos femeninos y masculinos, estamos entrando en una dinámica que nos puede llevar a una mayor confusión.

Los seres humanos siempre hemos utilizado nuestro cuerpo para enviar mensajes sean territoriales, sexuales, jerárquicos, de temporalidad…que nos constriñen, pero que son necesarios incluso para rebelarse contra ellos, pero sin eliminarlos, sino modificándolos.

Buscamos el contacto y nuestra definición previa hacia el otro. Hemos establecido formas de relación como estrecharse la mano o la definición de nuestro sexo.

La ropa ha sido un elemento esencial: ha sido utilizada para señalizar emociones, orgullo..; por ejemplo, en la mujer señala la parte del cuerpo de la que se siente más orgullosa. Los elementos ha evolucionado conforme a la libertad. La falda fue reduciéndose a medida que la libertad sexual fue aumentando o los escotes ampliándose. Y esa señal, evidentemente, espera una respuesta que no es otra que la mirada del otro. Las señales se producen con un objetivo, significar.

Ahí es donde quería llegar. Hoy insistimos en negar la respuesta a la señal porque, en ciertas ocasiones, sobre todo en las señales emitidas dentro de los sistemas primarios de mensajes sexuales, las consideramos machistas, negativas. Cierto que hay reacciones exageradas o incluso violentas, pero eso está fuera de la interacción necesaria, es una reacción fuera del sistema en el que nos encontramos; es una perturbación de la comunicación, ya que se transforma en una sistema de otro tipo: jerárquico, guerrero, territorial.. Del mismo modo, que hay señales en otras culturas que nos perturban porque no entran dentro de nuestro sistema.

Imaginen un mundo por el que anduviésemos con la mirada indiferente de los demás, emitiendo señales, de las que no somos conscientes en las mayoría de la ocasiones, porque son asumidas, aprendidas. Imaginen a chicos y chicas entrando en un local de reunión evitando miradas y respuestas. Imaginen un mundo que no reaccione ante la belleza, la delicadeza, la provocación, el deseo, las emociones…

No luchemos contra las señales, simplemente hay que conocerlas y ubicarlas en su contexto, en su sistema primario. Podemos transformas como la falda, pero no eliminar la respuesta: unas piernas bonitas seguirán siendo unas piernas bonitas y los hombros bien contorsionados seguirán siendo esos hombros fuertes que esperas.