martes, 27 de septiembre de 2016

COBARDES

Si, cobardes les llamo a todos esos barones que se repliegan en sus territorios marcando sus posiciones. Porque ha llegado el momento de la valentía y eso les cuesta. Sí, porque en lo momentos cruciales y complicados un político debe ser valiente, aunque quepa la posibilidad de que pueda equivocarse.

A mi no me vale apelar al socialismo moderado como hacen algunos. Este vale para momentos de calma, en los que las cosas discurren medianamente bien y en las que hay que trabajar para mejorar y avanzar en ese proyecto común que es el bien público. ¿Recuerdan ese término?

Pero ahora no es el momento del socialismo moderado. Es el momento de sacar el verdadero espíritu socialista, aquel que lucha, aquel que no se conforma, el valiente y comprometido. Es el momento de explorar hacia el futuro, explorar una nueva manera de hacer política. Y ésa está en nuestra mano. No en la de otros.

¿Que lo ha votado la mayoría? Son muchos más los que han dicho no. ¿Acaso quieren que me pliegue a cuatro años de Gobierno del PP?

Yo no puedo. No puedo consentir dar mi apoyo a un gobierno que menoscaba a cada paso mi situación, no sólo económica, sino como persona; que vulnera mis derechos, que me oprime hasta la asfixia. Y yo soy una trabajadora de la Administración General del Estado. Si yo estoy así, sé cómo lo estarán pasando los que no trabajan. Lo sé porque lo tengo cerca, demasiado cerca, tanto que me arrastra. Un gobierno que va a llevar a los jóvenes a una situación sin salida con su Ley de Educación. Y eso me lleva a pelear constantemente por lo que creo, por lo que entiendo que es la Justicia, la Igualdad, la libertad.  ¡Qué quieren! ¿Qué haga yo su trabajo, el que debieran hacer ustedes como políticos? ¿Quieren, acaso, que me siente tranquilamente a ver cómo hacen una oposición útil desde sus sillones, que no me va a servir de nada, mientras como un bocadillo imaginario?

No, conmigo no cuenten para apoyar un Gobierno del PP, de ninguna manera, ni con la abstención.

He leído como unos y otros apelan a la unidad de partido. Pero es que el Partido es un instrumento, sólo un instrumento democrático para un fin. Y yo creía que era el bien de los ciudadanos. Entiendo que se pueda discrepar, debatir cuestiones, que se argumente porque nadie tiene la verdad absoluta; todos podemos equivocarnos, yo la primera y quienes gobiernan también, en España y en la Comunidades. Pero es que la humildad parece haber desaparecido como cualidad política. En nuestro partido, en los otros y en los de nuevo cuño.

Quizás me equivoque. Pero yo no puedo, no puedo apoyar a quien me deja sola y me dice “ajo y agua y allí te las compongas con tu suerte y tus problemas”, aunque no me los haya buscado.

Por eso les digo cobardes, por no defenderme a mí y a muchos otros como yo.