jueves, 15 de octubre de 2020

JÓVENES IRRESPONSABLES PIDIENDO MANO DURA

 ¿Tienen que ser los jóvenes responsables? ¿Acaso son responsables del mundo que les ha tocado vivir? No. Se les exige una responsabilidad que el mundo adulto que observan no ha tenido para con ellos y, sin embargo, les pedimos que lo sean con nosotros.

Les pedimos que sean algo que nunca ha sido la juventud, puesto que en esa edad se tiende siempre a cambiar las cosas, a replantearse el mundo. Esa osadía de la juventud es necesaria en cualquier sociedad porque no tiene miedo a los cambios, plantea nuevos retos. Aunque se equivoquen, ese error es un motor de avance. No hay que olvidar que la humanidad avanza a través del ensayo y el error como forma de aprendizaje.

Ellos, la juventud, pueden equivocarse, o no. Pero tienen que replantearse su entorno. De ahí, que se pueda considerar que a la juventud de hoy se le podría calificar tanto de responsables con las normas actuales que les imponemos y acatan o como irresponsable en cuanto a lo que se debiera esperar de ella. Porque cuando uno escucha a jóvenes en un informativo pedir más mano dura con sus compañeros por caer en una cuarentena da miedo, mucho miedo.

Cabría decir que son responsables desde el punto de vista adulto e irresponsables desde el punto de vista de la juventud.

Quizás, en su fuero interno,  algunos son responsables con la necesidad de cambiar las cosas, pero se encuentran con el obstáculo de un mundo en el que una buena formación no les asegura un futuro mejor; mientras aquellos que optan por trabajar se pliegan a trabajos basura con sueldos irrisorios, intentando encajar en los sueños de la sociedad actual que, tal vez, no sean los suyos.

Las inquietudes y pasiones que se experimentan siendo jóvenes marcan, con el paso del tiempo lo que seremos en el futuro. Si siendo joven se establece una mentalidad conformista y plegada a lo que hay, la edad adulta puede llevar un mismo camino.

Una juventud inquieta conduce a un adulto inquieto que puede seguir sintiendo curiosidad y pasión por lo que hace o por lo que puede seguir haciendo.

Por eso no puede decirse, genéricamente que la juventud no es responsable depende del punto de vista. Aunque, actualmente, desde mi el mío propio está siendo irresponsable si no pone voz a las inquietudes que debieran tener, aún en tiempos de pandemia. Acallar su voz, su voz, no nos va a conducir a una mejora.

Yo quiero que hablen, aunque sea con mascarilla.