viernes, 27 de febrero de 2015

POBRE RÍO EBRO

Pobre río Ebro, sí. Pobre, porque te quieren cuando te portas bien y te odian cuando haces lo que has hecho siempre: anegar las tierras para fertilizarlas con tus limos. Ya están, ya se oyen los gritos de los políticos buscando culpables y los buscan en tu seno, en cualquier lugar, menos en sí mismos. Porque tú río Ebro, no tienes la culpa de ser un río. El río más caudaloso de España, nos decían en la escuela. Y yo cuando lo veía me preguntaba “si éste es el más caudaloso, cómo estarán los demás”. Pues en verano, pobrecito mío, te quedas en nada. Pero lo vociferantes han comenzado a buscar culpables, a ver quien grita más, que hay que dragar, que hay que sacar áridos, que hay que, que hay que.... Y nadie te entiende, río mío, nadie te mira, nadie quiere escucharte. Te echarán la culpa a ti y al Organismo rector, la CHE. Y ésta no está exenta, porque está gobernada por esos políticos que no escuchan a los técnicos. La CHE tiene un montón de gente estudiosa que quiere escucharte, pero no les hacen caso. Es mucho mejor gritar al unísono, gritar cuando vienes, buscar culpables, que en eso son expertos, siempre culpables, sin mirar si las obras que han promocionado, que han vendido, que han inaugurado son culpables de algo de lo que pasa. Los políticos son así, siempre buscan culpables en los demás. Los agricultores están enfadados. Es normal, ven su cosecha anegada y sólo escuchan a esos que vociferan, es más fácil escucharlos a ellos, gritan más y no saben dar soluciones, siempre acaban haciendo las mismas que no resuelven nada. No te escuchan a ti. Es que las cosas han cambiado, río mío; el mundo ha cambiado y las cosechas no se definen según tu capricho, sino según el mercado. No nos culpes a nosotros, las cosas son así y los agricultores que viven de esas tierras, que has convertido en fértiles, necesitan un poco de oxígeno. Ya lo sé, que tú vienes a dar oxígeno, pero no hablo de ese oxígeno, mi río. NO. Hablo de un poco de tregua para sus cosechas. Ya sé, te han hecho mucho daño. Hay pueblos que ponen barreras más altas y tú te tienes que salir por el pueblo colindante. Si ya me fijo, mi río, ya me fijo en la Casa de las Marquesas, de Cabanillas, siempre ahí ¡Cómo sabían los de entonces como eras, como te crecías en algunos momentos! Pero ya verás como algún día llegas a ella, porque vendrán a encajonarte más desde arriba y más y más y la pillarás. Que ha habido pueblos que han hecho contigo lo que han querido y lo pagan los demás. Si ya se ve, salvo quien no quiere ver. ¡Ay, mi río, qué va a ser de ti! Van a seguir enfadados contigo. Y a tus familiares, el Arga, por ejemplo, a ése también le han hecho de las suyas, para que sea más bonito, para que tenga paseos, para que no sirva para lo que sirve un río, para regar y dar vida. Porque tú, mi río Ebro, no eres de nadie, te debes al cielo, a la tierra, al mar que alimentas, te debes a los pájaros, a los rebaños, al hombre, pero éste no te escucha, no te entiende. Pobre Río Ebro.

miércoles, 18 de febrero de 2015

ESTE COCHINO Y MíSERO PRESENTE DE POLÍTICOS FLORERO

Se acercan las elecciones y eso me hace reflexionar sobre el panorama más cercano, más conocido, sobre los que nos toca decidir a cada uno y lo que toca decidir a los partidos que quieren representarnos. En estos momentos, es cuando les sugiero que, desde mi humilde punto de vista, necesitamos políticos que den la talla, que crean, que tengan ideas valientes e, incluso, me atrevería a decir, hasta cierto punto descabelladas.

En determinadas comarcas rurales, como la de la Ribera de Navarra y supongo que en muchas otras de España, solemos conformarnos con lo de siempre, con lo que hay. Cuando vienen malos tiempos, intentamos seguir con lo de toda la vida, para ver si la cosa cambia y volvemos a estar como antes. Siempre se ha comentado que a los ciudadanos nos falta implicación, que nos falta ciudadanía, ese pensamiento que tiende al bien común. No es de extrañar, por tanto, que suela haber personas que se acerquen a los Ayuntamientos única y exclusivamente para saber “qué hay de lo mío”. No es de extrañar porque, incluso, nuestros propios representantes solicitan servicios que tienen que ver con sus necesidades personales, enmascarándolas como bien común.

Y si los ciudadanos se han conformado durante muchos años sin recibir un soplo de aire fresco, no menos lo han hecho los políticos. Estamos acostumbrados en pueblos y ciudades, quizás de toda España, a votar por la siglas o por el más “majo” de los que se presentan, encontrándonos después unos representantes que poco o nada luchan en las instituciones. Mientras unos benefician a los suyos, otros sencillamente votan en contra, sin aportar absolutamente nada, sin profundizar, sin reflexionar, sin plantear expectativas de futuro. Nos hemos acostumbrado a ciertos políticos florero que están para representar y poco o nada para luchar. Algunos dirán que hay muchos políticos que gestionan muy bien el patrimonio municipal. Y no lo niego, y aún más, hay mucha gente partiéndose la cara en política, luchando sin que nadie lo perciba; porque hay gestiones que el ciudadano jamás ve, esas gestiones que no reciben el aplauso de la concurrencia porque no son fiestas, ni grandes obras o servicios.

Sin embargo, veo también, sobre todo a nivel municipal y regional, que a muchos les faltan ganas e implicación para salir a las instituciones a por todas. Por poner un ejemplo vivido personalmente: la Mancomunidad de Servicios de la Ribera de Navarra. Una Mancomunidad nacida para la recogida de basura, que aglutina a todos los municipios, que ha dejado de ser puramente de basuras, para convertirse en otra cosa, en una Mancomunidad de Servicios, aunque al final sólo se dedica a residuos. Un ente que debiera implicarse más en otras facetas de la vida de la comarca. Sin embargo, sólo ha servido a los intereses del Gobierno Foral a la hora de financiar servicios que debía prestar el propio Gobierno, como el autobús de la vida para los enfermos oncológicos. Y desde ella se podrían impulsar muchas cosas, proyectos mancomunados. Sin embargo, sus Asambleas daban pena y, supongo, seguirán dando pena por la falta de debate y de propuestas.

Pero pasa lo mismo en los Ayuntamientos que lo único que esperan es que llegue una empresa (fundamentalmente agropecuaria) o promocionar el turismo; ahí se acabaron las ideas. Pero de implicarse en iniciativas pioneras nada de nada. Con decir aquello de “yo hago todo por mi pueblo”.

¿Y qué es todo? Puñetas. Eso ya no sirve. No es una cuestión de pueblos, eso es egoísta y endogámico. Citando a José Luis Sampedro ¿Acaso creemos que se puede arreglar nada desde cada pueblo, sin ocuparnos más que de nuestras tierras? Hay que mirar por la comarca, por todos, porque mirando por todos, fomentamos la actividad general y concreta. Quizás estamos acomplejados con el tema agrícola. Tenemos una tierra excelente y unos productos reconocidos y con eso nos quedamos. Sin embargo, entiendo que debemos aspirar a más. De hecho, una de las cuestiones que siempre se menciona en los programas es la cuestión medioambiental. Ahora bien, esta cuestión en los pueblos se reduce a cacas de perros y parques. Y es mucho más, aunque haya alcaldes, muchos, muchísimos, incluso del PSOE y hasta alguno se viene a mi cabeza, que no lo vean. De hecho, ahí está la Comunidad de Bardenas Reales, que otorga 300.000 euros a cada congozante, sin que nadie pida cuentas a sus Ayuntamientos sobre qué hacen con ese dinero, sin que dediquen, quizás, un sólo euro de ese dinero a proyectos medioambientales o de incentivación, o de investigación o apoyo a nuevos sectores o qué sé yo cuántas cosas, con que haya fiestas todos contentos. Y creo que nuestros políticos de aquí, de la Ribera o de cualquier lugar de España, también tienen que creer que esta tierra pueda acoger algo más que una agricultura y ganadería excelente. Es capaz de hacer otras cosas, tiene jóvenes preparados para ello.

No sé si los políticos, nuestros representantes, están demasiado cansados o demasiado cómodos. Mientras, nuestros jóvenes, los de esta fértil comarca, esos jóvenes formados en nuestras Universidades, creadas y pagadas con nuestros impuestos, tienen que salir a trabajar fuera de nuestras fronteras y que nuestra inversión en ellos se vaya al carajo, porque es más importante seguir como siempre a ver si escampa. O, simplemente, no hay ideas en las cabezas de los políticos. Y yo quiero políticos con ideas, no discursos hermosos dedicados a la Justicia, la igualdad, la Libertad..... Eso ya los sabemos, nos falta la práctica, los hechos. Y a mí no me importaría si un político se equivoca intentando mirar hacia el futuro, lo que me preocupa es que se queden anclados en el presente, en este puto y mísero presente.

sábado, 14 de febrero de 2015

OSITOS EN ATAÚDES BLANCOS


Hoy 14 de febrero, viendo las noticias no me percato de las elecciones, porque vuelve Lampedusa a mi memoria y esa “Madre agarrada a su hijo” y las imágenes con hileras de cajas, algunas de ellas blancas.

Ositos de peluche adornan sus ataúdes blancos ¿Por qué no me los distéis antes? Antes de que mi madre o mi padre, locos por mí, aterrados viendo mis ojitos suplicantes, atravesaran el mar para conseguirme ese osito con el que jugar. Y ahora, ¿Cómo juego si mis manos están frías?

Hermosos ojos atravesando el cristal de un autobús hacia ningún lugar ¿Y mi gatito, y mi perrito? Parece preguntar esa pequeña ucraniana : “luego volveré a por él, cuando no haya bombas, cuando no haya balas. Aguanta gatito, hasta que los mayores dejen de discutir”.

Recuerdo un reportaje: Niños inocentes en chabolas a 14 kilómetros de Madrid comentan sin percatarse de sus palabras, “los niños mayores se quedan con mis hermanos más pequeños y mi mamá se va a pedir con otros”

¡Y qué culpa tienen ellos de nuestros egoísmos, de nuestras inmundicias, de nuestras debates de mayores sobre deudas, sobre economías!

Después, siguen las noticias. Organizaciones de ayuda “primero los españoles”. ¿En serio? ¿A un niño?¿Les vamos a pedir el DNI? ¿Hace falta el DNI para jugar, para vivir?

¡Qué asco de noticias!