Les pongo en situación para que
entiendan el absurdo. España, Navarra, tasa de paro nunca vista. Un
Ayuntamiento pequeño, de unos 1.500 habitantes, saca a concurso tres puestos de
trabajo con el fin de aliviar la situación de unos pocos. Puestos, lógicamente,
sin excesivas exigencias, graduado escolar, para que pueda acudir desde una
persona sin experiencia ni formación hasta un licenciado.
Definición de los mismos: peón.
Se comunica la oferta al Servicio Navarro de Empleo (SNE), de los casi 100
desempleados de la localidad, sólo 37 son avisados, algunos de ellos ni
siquiera tienen ya intención de trabajar, por la edad y otras circunstancias. El
resto, aunque alguno pueda tener una necesidad acuciante, se queda en el camino.
La estructura política del SNE no entra a considerar si dentro de los que se
han quedado fuera podría haber gentes con necesidad. Eso son cuestiones humanas
que no van con las formas de trabajar de este servicio: hay un protocolo, hacer
una búsqueda y si no estas apuntado a la categoría de peón, pues adiós muy
buenas. No piensen que pueden apuntarse a todas las categorías, sólo hay 6
posibilidades y desconozco si existe la categoría: “cualquier cosa ya, por
favor”, que debiera ser incluída, en vistas de esta situación. Al final, ratio
de 10 inscritos para tres plazas, increíble hoy en día.
Solución que aporta el SNE para
que esto no ocurra: el Ayuntamiento tiene que informar a los parados de la
localidad, mediante un bando, ya que la institución municipal no tiene por qué
conocer a todos los desempleados. Una vez enterados por el bando, deben acudir
al SNE para apuntarse en esa categoría. Luego el Ayuntamiento comunica la
oferta de empleo al SNE y luego éste avisa de la oferta (que ya conocen), a los
parados, que tienen que ir a apuntarse con ella al Ayuntamiento. ¡Olé, la
administración, olé los servicios! Hay algo más rocambolesco. No les sobran
pasos por algún lado. Pero, entonces, ¿para qué narices queremos este SNE? ¡Si
ya les he dicho a los parados que vengan! Quizás si escucharan a los
trabajadores quienes organizan los servicios esto no pasaría. Pero, al final,
eso, al inicio me remito: así pueden controlar a esos vagos de parados que no
quieren trabajar. Si no de qué. ¡Qué país!
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