A mí, como a muchos, me
preocupa que no se cree empleo, que no se pongan las bases de un futuro; que
nos adoctrinen con discursos según los cuales es imposible mantener el Estado
del bienestar y que nos tenemos que acostumbrar a otra formar de vivir: a pagar
por la Sanidad, la educación, la Justicia… por todo. Y aquel que no pueda, le
sugieren que lo asuma diciéndole lo que tradicionalmente ha dicho la derecha “pues
lo siento, miren, así es la
vida. Dios te recompensará en la próxima”.
Eso sí, quienes insisten
en señalar que todos no podemos tener lo mismo y que no se puede ir gastando a
lo loco, ellos "invierten" lo que no está en los escritos en Jaguars desconocidos. Eso sí,
luego, suponemos, irán corriendo a confesarse poniendo a Dios, la familia, la
bandera y la Patria por delante de cualquier derecho de las personas.
Y también me preocupa una Europa
que nos incita a bajar salarios; o cómo vamos a restablecer los derechos
cercenados por estos Gobiernos y cómo devolver a los ciudadanos los derechos
que se privatizan. Cuestión harto complicada y que por esa misma complicación,
la Justicia ha puesto freno a la privatización sanitaria madrileña.
Por eso, ante tal ambiente, a mi
me preocupa qué hacer y qué vamos a debatir en la Conferencia Política ,
abierta a la participación ciudadana, y ya, luego, hablaremos de
primarias. Pero después de que hayamos
escuchado los problemas de la gente y sus sugerencias. Y después de haber
debatido cómo llevar a cabo en Navarra unas primarias abiertas y que sean lo
más democráticas posible. No hay que olvidar la tradición Navarra ,
la falta de información, el adoctrinamiento y el adormecimiento informativo.
Porque cuando hay gente que llega a decir que “no quiere que le hablen de
política, que está harta, que todos son iguales”, mal vamos. Si la información
nos hace libres y no queremos nada de ella, estamos completamente preparados
para seguir con el adoctrinamiento y el mandamiento único.
Y aún diré más. Como miembro del
Comité Regional señalaré algo que las fuentes mediáticas no señalaron, fuentes muy
homogéneas a la hora de ofrecer la información a ambos medios escritos. Diré
que estoy harta de salvapatrias, que nos bastamos los ciudadanos; que hoy, para
mí, la patria es lo público y mi bandera la igualdad, la libertad y la justicia. Estoy
harta de los continuos discursos, debates y tertulias que distraen de los
principales problemas. Harta de los peligros que corre Navarra, cuando no corre
ningún peligro. Hasta el moño de banderas y patrias, religiones o familias, que
sólo responden a una sola y única. No hay más que ver la salida de Barcina
infundiendo temor entre los navarros al grito de que viene Bildu. Infundir
emociones, es decir, temores, es una de las formas de control del pensamiento
individual y un manejo del lenguaje siguiendo las teorías de Alfonso López Quintás.
Porque otra cosa es que, Barcina, plantease las cuestiones desde la razón, desde
la serenidad y el análisis, pero es mucho más factible la emoción para no
explicar nada.
De cualquier forma, ¿a qué viene
tanto alboroto? La izquierda abetzale sabe desde hace tiempo de la importancia
del dominio de la educación y la administración, todavía aún más cuando ETA
mataba; del mismo modo que lo sabía la
derecha franquista en su época y de cómo intentó quedarse bien en su sitio al
llegar la democracia.
Tal para cual, a la hora de no dejar pensar.
Pues eso, mientras estos van a su
bola, nosotros a lo nuestro que son los problemas. Que de las primarias ya
hablaremos cuando toque, porque ahora estamos interesados en que la gente sepa
lo que nos tienen preparado: un mundo lleno de trampas, pagos y copagos, de
paro, de trabajos mal pagados, trabajadores enfermos en su puesto porque no se
pueden permitir que les quiten una parte de su sueldo. De insolidaridad, de
conformismo, de hastío, las mejores armas para el dominio. Pero, por supuesto,
yo no estoy dispuesta a que dirijan mi discurso quienes tienen tantas ganas.
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