martes, 5 de noviembre de 2013

CONFERENCIA POLÍTICA: UN NUEVO CAMINO A RECORRER

Hay quienes piensan que la conferencia política del PSOE no servirá de nada. Otros que lo más importante es hablar de primarias, y eso que la Conferencia recoge, expresamente, este punto y otros dedicados, por ejemplo, a la transparencia. Pero yo creo que lo más importante es hablar de futuro y hablar de la crisis económica y democrática que estamos viviendo. Esta última la estamos padeciendo desde hace muchos más años, sin casi percatarnos. Proviene, quizás, de que en su momento no supimos, en la vorágine de la transición, sentar las bases de la cultura democrática ciudadana, de compromiso y bien común que hoy nos falta y que ni siquiera valoramos. Oímos constantemente que no vale la pena, que todos somos iguales. Y no es cierto, Sí que vale la pena luchar; vale la pena hacer algo por cambiar las cosas, pero debe ser una labor de todos. Lo que no vale es quedarse en casa, reconcomiéndose, maldiciendo y sin hacer nada. Porque ¿qué hubiera sido de nosotros si nuestros abuelos, o los abuelos de nuestros abuelos, hubieran hecho lo mismo que hoy hacemos? Quizás, no estaríamos aquí discutiendo sobre la Conferencia Política, si vale o no vale la pena.
Claro que vale. Porque significa hablar de las nuevas circunstancias que nos rodean, debatir, informarse, contrastar, buscar salidas, plantear ideas, apoyarse unos a otros, animarse. ¡Ya! Dirán algunos, los que están allí. Cierto, no estaremos todos. Pero lo importante no es quién esté allí, sino lo que se haga después, el mensaje que esas personas tienen que llevar a sus casas, a sus agrupaciones, a sus vecinos, a sus Comunidades o a sus Ayuntamientos y, sobre todo, la puesta en práctica de todo ello que debe ser valiente, decidida, imaginativa y apoyada.
Todavía es posible. En un mundo en el que la tecnología se mueve a tal velocidad que te quedas anticuado a los tres meses, no podemos mantener la misma forma de hacer las cosas que hace 40 años. Quizás sea necesario que pase una generación para que comencemos a pensar de otra manera, sin los prejuicios anteriores. No debemos olvidar que todavía existen en nuestros pueblos, en nuestra cultura, demasiadas visiones limitadas, ancladas en la tradición y en la conservación de las mismas estructuras preexistentes. Pero para que esa generación tenga éxito es necesario que tome conciencia de su responsabilidad como ciudadano. Y para que tome conciencia hay que educarla en libertad.
Los políticos, aquellas personas que se implican y dedican parte de su tiempo, sin beneficio alguno a colaborar, debatir y proponer; esas personas, ésas y no otras, son las que están llamando a los demás ciudadanos a colaborar en un mismo objetivo: el gobierno de todos por unos elegidos. Y para que esos elegidos sean los mejores y no los peores todos debemos participar.
Se habla de primarias, está bien, pero no es lo único que hay que hacer. Para que esas primarias logren su objetivo se requiere de una ciudadanía implicada, comprometida y democrática que hoy no tenemos, porque está insatisfecha y porque no está formada en la democracia participativa.
No podemos olvidar nuestro principal problema: una ciudadanía que pone en duda la propia democracia, pero también los pilares de la misma: los partidos, la Justicia o los medios de comunicación. Hay quien está muy interesado en derrocar todo eso, sin decir por qué lo quieren cambiar. ¡Ay los medios! Estos también sufren la misma crisis de desconfianza ciudadana. Y es lo peor que le puede ocurrir a una democracia, que sus ciudadanos no apoyen la libre información  y apuesten por lo chabacano y lo superlativo (la calabaza o patata más gorda, lanzamientos diversos, aunque todavía no se ha visto el chorizo más grande).
Pues sí, de todo eso se habla en la Conferencia. Más o menos, de chorizos también. Y también de nuestra crisis económica. Esa de la que ya estamos saliendo con los bolsillos vacíos, eso sí, un trabajo de mierda, si tienes suerte, y la hipoteca de siempre. Y miren, eso también hay que cambiarlo ¿no creen? Pues eso es lo que queremos. Luchar porque se acabe esta jodida manera de vivir tan pobre. ¿Te apuntas? Yo sí. Iré a la Conferencia por mí y porque tengo ilusión por un futuro mejor. Al menos, por trabajar por él. Porque todos tenemos mucho que ganar y ya poco que perder.

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