domingo, 14 de agosto de 2016

SEÑORES DEL GOBIERNO, NO ME HABLEN DE SU POLÍTICA SOCIAL

Durante los últimos días se han estado dando besitos y abrazos por haber logrado derogar las órdenes forales que penalizaban los textos educativos con el concepto cultural y lingüístico de Euskalerria. Miren, no voy a entrar a debatir sobre ese tema porque es una cuestión ideológica de cada partido y eruditos hay que discuten sobre ese concepto y lo que es el pueblo vasco.

Pero entramos ya en un período de preparación del nuevo curso escolar y saben, no han hecho nada por hacer real la gratuidad de los libros de texto. Por ejemplo, puestos a derogar, podían haberse puesto a trabajar en la eliminación de un punto de otro Decreto y que hubiese supuesto un paso en la igualdad en el acceso a la educación de todas las familias.

Pero ese Decreto se les ha olvidado; ése no ha tenido ninguna importancia para ustedes. Al propio tiempo, hubiesen logrado regular mejor el acceso a los libros de texto a través de los bonos, consiguiendo que las familias pudieran acudir a cualquier librería sin temor a diferencias cuantiosas en el precio, como ocurrió el pasado año.

Les voy a refrescar la memoria. El 13 de septiembre señalé en un artículo que había problemas más acuciantes que el PAI y que había que empezar a estudiar qué estaba pasando con la Ley de gratuidad; porque entre los Institutos que elegían la modalidad de bono (incluida en el Decreto que desarrolla la Ley de Gratuidad) se había producido una enorme divergencia entre los bonos y el precio que debían abonar las familias. Parece que ahora vamos a tener que señalarles que hay otros problemas más acuciantes que los conceptos.

Y es que ese Decreto 61/2010 admite el copago de los libros gratuitos en su artículo 16, punto 2,  que dice concretamente “que si la aportación de la Administración resulta negativa, la diferencia la costearán los representantes legales de los alumnos”.

Y no se dan cuenta de que ello supone un grave problema, porque existe una incongruencia con la propia Orden Foral de subvenciones, que no admite ayudas para adquisición de libros de texto, ya que se supone que son gratuitos.

Por eso, espero que el bono que se cursa para adquirir los libros de texto en algunos institutos sea igual al coste de los libros; porque de no ser así, ya les digo que no me vengan a hablar, ni a presumir, de políticas de izquierda; no me hablen de políticas sociales, porque pueden dejar a muchas familias con problemas a la hora de lograr que sus hijos pueden ir a estudiar en las mismas condiciones que otros más afortunados, quizás los suyos. No han pensado en ello, ¿verdad? Eso sí, podrán tener en sus libros el concepto de Euskalerria, si consiguen comprarlo.

¿Saben que el año pasado llegó a haber diferencias de hasta 80 euros? Evidentemente, muchas familias pueden costear ese dinero, no en vano los libros son una inversión que las familias hacen en la educación de sus hijos. Pero, en este caso, con la Ley de gratuidad, los libros se los queda la Administración. Además, hay otras muchas familias que no pueden; familias, algunas hasta pueden ser monoparentales, que a lo mejor tienen que costear los libros de tres niños, o de cuatro. Pero no, no han pensado en ello, estaban a lo suyo, al concepto de Euskalerria. Oigan, que me parece muy bien, que cada cual tiene sus prioridades ideológicas, pero luego no me vengan presumiendo de su política de cambio social.

Les recuerdo, a su vez, que la Apyma del Instituto Benjamin de Tudela remitió una Instancia al Consejero de Educación, el 2 de diciembre de 2015 señalándoles la misma cuestión e instándoles a derogar ese artículo 16, punto 2 de ese Decreto Foral. Pero parece ser que no han tenido tiempo, que entre símbolos y conceptos, los meses han ido pasando, o que andaban en otros menesteres mucho más importantes para ustedes que una política de igualdad, universalidad y gratuidad en la Educación.

 

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