De vez en cuando hay que tratar
temas municipales pero que seguro son extrapolables a cualquier población.
Recientemente hemos tenido un pequeño debate en facebook (Ojalá hubiese más)
sobre el tema de la pancarta contra los recortes en el Colegio Público de Cabanillas. El
colegio decidió, al parecer, retirar la pancarta porque existe una ordenanza y
una norma del Gobierno de Navarra o lo que sea, que obliga a ello. Aunque la yo
hubiese mantenido, como dije, no es menos cierto que hay que felicitar al
Colegio de Cabanillas por su respeto a las normas y leyes de convivencia que se
marcan en común. Loable en su postura, si tenemos en cuenta que el resto de los
ciudadanos de esta localidad hacemos caso omiso a las mismas. (Legisla que ya
estoy yo para pasarme por el forro lo que digas). Además de las cacas de
diferentes especies animales, tanto de cuatro como de menos patas, asunto que
preocupa mucho, hay otros asuntos que para mí son más graves: falta de civismo,
de respeto a lo público, incumplimiento de normas urbanísticas, de leyes
medioambientales, incumplimiento, en suma, de tantas y tantas normas, leyes y
ordenanzas que debiéramos sonrojarnos ante la actitud del Colegio de
Cabanillas.
Otra cosa sería debatir la justicia de la norma. Porque, por ejemplo, actualmente, algunos están hablando de legislar, o como quieran llamarlo, el derecho de huelga. O lo que es lo mismo, acabar con él. Porque cuando uno legisla, normaliza o normativiza un derecho, lo que está haciendo es hacer suyo ese derecho, para traspasarlo luego a los ciudadanos según conveniencia del susodicho legislador. No está jerarquizando derechos, sino que transforma un derecho. Esto es, mire usted, puede hacer huelga, pero cuando yo le diga.
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