lunes, 9 de enero de 2012

EL HARTAZGO QUE VIENE DE SIEMPRE

EL HARTAZGO VIENE DE SIEMPRE
Este año ha venido marcado por el movimiento 15-M y quiero terminar o, más bien, comenzar el año haciendo una reflexión sobre el mismo y sobre lo que he podido experimentar. Creo que es un movimiento de hartazgo, pero he de decir que ese hartazgo hace tiempo que existía. Yo recuerdo mi hartazgo cuando estaba en la universidad; cómo creías que el periodismo te llevaría a cambiar las cosas o a denunciarlas. Creías que manteniendo tus ideas, no traicionándolas podías cambiar las cosas, podías cambiar cómo se hacían las cosas hasta en la propia Universidad. Yo dejé el doctorado por esa convicción. ¡Ilusa! En suma, creías que con una actitud rebelde podías cambiar algo. Lo que ocurre que, en mi época, y hablo de los 80, empecé la Universidad en el 86 para que os hagáis una idea, no había redes sociales, ni internet, así que la difusión de ese hartazgo quedaba mediada, curiosamente, por los medios de comunicación.
Hoy ese hartazgo ha tenido el privilegio de contar con un enorme altavoz en internet. Sin embargo, peca de lo mismo que pecamos todos, de demasiado corazón, de inocencia. Porque al final, al sistema hay que vencerlo desde dentro e, incluso, desde ahí te encuentras con enormes dificultades.
A mí me ha tocado como periodista intentar informar sobre cómo se hacen las cosas. E intentando por todos los medios hacer un periodismo independiente y te encuentras continuamente con la misma canción: para ejercer, para que haya un medio de comunicación tiene que haber detrás un poder económico que lo sustente. Y, adiós, con la Iglesia hemos topado Sancho, pero esta Iglesia es mucho más dura. Así que te cortan las alas rápido a nivel periodístico. Y sin embargo, hay mucho que hacer a nivel local porque la información es pésima.
Así que después de dejar el periodismo, sin haber dejado de seguir mis ideas, al tiempo me meto en política. La razón, muy simple, lo que he dicho, las cosas se cambian desde dentro, es algo que te vas dando cuenta, poco a poco, cuando empiezas a conocer las estructuras por donde se mueven todos los entramados de poder y, ojo, creo que nadie consigue conocer todas. De hecho, creo que yo también pequé siendo periodista, como muchos siguen haciendo, creyéndome el adalid de la lucha por unas ideas. Cuidado, a veces, silenciosamente se hacen muchas más cosas, aunque, evidentemente, es más duro y más solitario. Creo que hay gente que lo habrá intentado hacer así y muchos periodistas ni nos habremos dado cuenta porque, como todos, acudimos al vociferio.
Las estructuras administrativas
Por eso, una de las cosas que no entiendo del 15-M es su generalización. Hablan de los políticos y lo meten a todos en el mismo saco. Y no es así. Hay muchos que luchan y trabajan por unas ideas, por lo que creen justo. Gentes que, sin tener formación, se han hecho a sí mismos, sin necesidad de títulos que los acrediten como grandes economistas, gentes que están en los Ayuntamientos rompiéndose el lomo, dejando sus horas de familia. Yo lo he visto. De eso el 15-M no dice nada, ahí lo quería ver yo, luchando realmente, porque ahí está la lucha en las Administraciones, rompiendo moldes. Porque en la Administración hay mucho que hacer, mucho que variar. En lo local, nos encontramos con el inmovilismo de un funcionariado apoltronado que casi se convierte en gobernante más que los propios Alcaldes; con formas de hacer las cosas que no se cambian porque siempre se ha hecho así, y así quieren que siga haciéndose, sobre todo, algunos funcionarios. ¡Cuidado 15-M que, a veces te equivocas en el tiro cuando sólo hablas de políticos!, y te lo digo por propia experiencia. Hay políticos que se encuentran con enormes dificultades para cambiar las cosas, con la inmovilidad local, con el chovinismo chabacano de los pueblos, aplaudido por algunos políticos interesados, con esa mentalidad de no querer variar las cosas, del exceso de localidad.
Hay tantas cosas que se descubren que ya les iré contando, si me dejan tiempo.

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