sábado, 15 de noviembre de 2014

MAS SERVICIOS SOCIALES Y MENOS COMPLEJOS SOCIALISTAS

Siento decirlo, pero el Partido Socialista de Navarra (PSN) ha vuelto a patinar demasiado deprisa por sus propios complejos. Hace poco aprobaba una modificación de la Ley del Vascuencce que ampliaba a la zona no vascófona la posibilidad de acceder a una educación en esta lengua. En circunstancias normales esto no tendría mayor importancia, pero actualmente creo que se asumen y defienden prioridades que corresponden a otro tipo de partidos. No es que suponga un enorme patinazo, pero ejemplifica un camino que no creo se deba seguir. He repetido hasta la saciedad que yo no entro en ese juego del nacionalismo ni del de izquierdas, ni del de derechas, en el prima “estás a favor o en contra mío”. Para mi, y me lo han oído decir en los Comités Regionales, mi patria es lo público y mi bandera la Libertad, la Igualdad, la Equidad y la Justicia social. Ni siquiera entro a valorar lo que de desigualdad tiene esta situación para muchos ciudadanos.
Lo que me duele como socialista es que a tenor de las prioridades de nacionalistas de izquierdas o de derechas podamos perder nuestro objetivo social, el que hoy más que nunca debe movernos con hechos y demandas claras.
¿En serio no hay nada más importante, en estos momentos en la Administración Pública, que a una persona se le de la posibilidad de elegir la lengua en la que quiere aprender o ser tratado? ¿En serio? Porque se me ocurren miles de problemas más urgentes para los ciudadanos y no es demagogia. Considero que hay mucho que hacer en esta Administración en otras cuestiones, por ejemplo en Servicios Sociales. La UPNA ha debatido sobre ello con una jornadas sobre los nuevos retos ante la crisis. Y es que sería hora que en lugar de más profes de vascuence se establecieran más armas y medios para los Servicios Sociales. Medios que no deben ser sólo materiales, sino legales para tratar a las personas como personas y para que no se logre lo que muchos pretenden: que los Servicios Sociales sean vistos como los que financian únicamente a los inmigrantes, un lugar donde van los que se quieren aprovechar de las ayudas de la administración o cosas por el estilo que son el argumento de quienes quieren acabar con el Estado de Bienestar y solidaridad. Son los argumentos del Gobierno al que no le interesa que los servicios sociales sean lo que su nombre indica. Si los Servicios Sociales tuvieran todo eso, medios legales con los que luchar, quizás mucha gente no necesitaría montar plataformas para defender derechos a los que se suman tanto quienes tienen problemas, como quienes quieren aprovecharse de las circunstancias.
Y medidas se pueden tomar. Por ejemplo: ¿Cómo es posible que quienes acuden a una plaza pública en una residencia de ancianos generan deuda (sí, lo que no pueden pagar se acumula en deuda para que el Gobierno Foral lo cobre de los herederos) y el servicio de atención domiciliaria no? Creo que es injusto. Porque quizás quien recibe esa atención domiciliaria tiene medios económicos y quien va a la residencia no. Hay mucho de lo que hablar y examinar en este asunto, pero no se quiere profundizar, ni escuchar a profesionales de verdad.
Supongo que a muchas personas esto les sonará a chino, seguramente quienes no hayan tenido que lidiar estos temas u otro tipo. Pero los técnicos de la Administración han llegado a tal grado de constreñimiento que los problemas que puedan tener las personas se convierten en mero trámite administrativo. Y eso no debe ser así. En una administración cercana como la navarra o en cualquier otra, que todas las personas deben ser tratadas por igual, el ciudadano debe ser atendido en su particularidad, en su casuística, escuchado y no como una generalidad. Porque del mismo modo que los políticos no quieren que se les meta a todos en el mismo saco, tampoco hay que meter a todos lo ciudadanos en el mismo. Y eso son muchos hoy los que lo hacen. Ha habido gente que se ha aprovechado de las ayudas, pero creo que, justamente, no ha sido quien más lo necesitaba, sino quien sabía o estaba asesorado para hacerlo.
Las personas que hoy tienen problemas necesitan que alguien las escuche, no que les digan qué papeles rellenar, necesitan que comprendan que no pueden sentirse abandonados a su suerte. Porque, ésta, señores, no solo se reparte en Navidad, y cae de la buena y de la mala. Si somos un Estado social y solidario, como al menos creemos los socialistas, debemos priorizar el trato, el acercamiento, la búsqueda conjunta de una posible solución, sea o no factible que, quizás, no pueda ser. No como otros que cuando les toca, se dedican a llorar por la suya, demandando soluciones para sí, pero aplaudiendo recortes. Y justamente estos apoyan a un Gobierno, como el de UPN, al que no le interesa que los servicios resulten reales. Quieren que sigan siendo oficinas de mero trámite, sin tener en cuenta que la vida se puede complicar mucho a las personas sin que se lo hayan buscado. Y ahora mucho más cuando la dependencia o la sanidad han pasado a ser asunto de las familias. Familias muchas de ellas con graves dificultades económicas y que, en el mejor de los casos, sólo tienen su vivienda con la que afrontar los gastos que pueda suponer esas circunstancias especiales.
Lo importante es que esas personas sientan que frente a ellas hay otra persona que no sólo le va a dar una papel a rellenar en castellano o euskera.