Y esa cochina Europa de siempre se
repite más que nuestro ajo a la Sra de Beckham. Porque vuelven a repartir las
migajas. A España le toca la PAC, de la que no para de hablar el PP. Pero a
costa de eliminar otras empresas. ¿Cómo sino se entiende lo que pude oír hace unos
meses en la radio sobre una feria en Zaragoza donde nuevos astilleros de
empresas, creo que holandesas, buscaban profesionales cualificados aquí para
trabajar allí, mientras se desmantelaban los nuestros? Algunos dicen que
tenemos gente muy cualificada: ingenieros, científicos y operarios. No en vano
hemos sido una potencia mundial marítima, hasta que llegó la pérfida Albión.
Pero el tener gente cualificada no vale para España. España
debe cultivar tierra, nada más. Y lo hacemos bien, pero podremos hacer algo
más. Porque si bien es cierto que la agricultura es fuente de riqueza, empleo y
medio ambiente, a veces, no sólo de verduras y fruta vive el hombre.
Sí. Esa cochina Europa nos pide
ahora que vayamos a votar. Y eso después de actuar con un cinismo muy propio de ella. Porque mientras nos dicen
que gastemos menos, hace un informe para decirnos que los españoles pobres
somos más pobres todavía. No hace falta informes para eso. Pero, a pesar de ese cinismo, pues hay que hacerlo,
hay que votar en Europa a ver si de una vez hablamos claro y desmontamos de una
vez esa cochina forma de hacer las cosas. Cambiarla es cuestión nuestra y en
nuestro voto esta esa posibilidad. Por lo menos soñemos con ello.
Y si no soñamos, al menos, a
falta de buenos gobernantes, que es lo que siempre nos ha pasado, hagamos como
el Capitán Alatriste, luchemos aunque la batalla parezca perdida.
De paso, humildemente pido, como
formada en comunicación, que de nada sabe y habla de todo, que alguien me corrija, porque, siendo así, en
estas cosas peco de hablar más con el estómago que con la cabeza. Y es que la
cabeza suele hablar en alemán, inglés o chino, que está de moda. Yo hablo español y francés, mal asunto hoy.