martes, 13 de agosto de 2013

SOLEDADES

Hay soledades buscadas y soledades encontradas. Siempre es tiempo de soledades. Hoy es tiempo de soledades encontradas, como aquella soledad de 13 rosas enfrentadas a los fusiles preguntándose ¿por qué? Soledades desapercibidas, porque ésas suelen esconderse. Como se esconde la soledad de la mujer maltratada pensando que todo es culpa suya; como se esconde esa familia que no sabe qué comerán mañana sus hijos, esperando que la mirada de sus niños no les derrote; de ese hombre que busca trabajo sin esperanza. Soledad encontrada, soledad escondida. Soledad de esa anciana que camina día tras día por la calle arrastrando sus pies en su rutina, porque no hay nadie que la espere a su vuelta. Soledad de esa mujer enferma de vida, olvidada por su madre, su hija, por su familia, que espera encontrar, en el horizonte del mundo, alguien que la abrigue. Soledades. Soledad de esos muchos niños al llegar el Día de Reyes, sin que estos viejos señores pudieran parar en sus balcones, porque no había balcón donde pararse. Soledad de quien espera un atisbo de luz que no aparece.

Soledad del corredor contra el reloj y contra el viento, soledad del que trabaja sin aliento, del que se ilusiona y llueven zancadillas, del soñador que se ilusiona. Soledad del que llaman loco porque quiere ir más allá de donde está.

Es tiempo de soledades. No es tiempo de soñar ¿O sí?

sábado, 3 de agosto de 2013

INMOVILISMO

Hay cosas que tengo muy claras. Cuando una Asociación, sea de lo que sea, no cumple con los objetivos para los cuales fue creada, los olvida e, incluso, va contra ellos por acción u omisión, no puede ser responsable de la gestión de espacios públicos. No hay que someterse a la tiranía del "siempre se ha hecho así", ni al miedo a las nuevas formas. Esto ocurre en muchos aspectos, por ejemplo municipales. Se mezclan el miedo al cambio, y a los retos y trabajo que supone, y la tiranía del “siempre se ha hecho así”. En ese contexto se acaba en un inmovilismo, en un quedarse a la espera sin mirar hacia delante. Y eso, irremediablemente, es una condena. Porque mientras los demás caminan hacia nuevos objetivos, tu te quedas en el sitio, siguiendo como siempre, bajo la máxima del santa rita rita rita que me quede como estoy, sin arriesgar para mejorar, sin comprometerse. Nada se consigue sin la innovación. ¿Qué hubiese sido de la sociedad si ésta no hubiese apostado por nuevas formas, nuevos inventos, nuevas tecnologías, en suma por la mejoría?

Sin embargo, hablemos claro, en Cabanillas, como en otros muchos lugares, se ha optado en ciertos aspectos, no en todos, por el inmovilismo, por dejarlo todo como está. Quieto, no vaya a ser que se compliquen las cosas. Si se complican las cosas siempre se puede echar la culpa al “así se estaba haciendo siempre”. En cambio, si uno apuesta por cambiar tiene que asumir esa responsabilidad, tiene que asumir que puede equivocarse. Porque hasta que se consiguió volar, la de hostias que se pegaron muchos. ¿O no? Pues pa too igual. Y hay que estar dispuestos a pegarse de hostias, pero no contra los demás, sino a dárselas uno mismo.

Y una vez puestos a hablar claro, siento decirlo, pero yo apostaría, como he reconocido en público, por que el Complejo Municipal Deportivo, volviese a ser gestionado por el propio Ayuntamiento. Porque una sociedad que dice promocionar el deporte y que no hace nada por él no puede gestionar una instalación pública. Muy al contrario. Cabanillas cuenta con una Escuela de Cesta Punta en la Ribera, una isla, como se le llama muy acertadamente. Ya no entro en medallas, que no me importan, porque lo que importa es el fomento del deporte. Y si una asociación está señalando continuamente que el deporte gasta mucha luz, que el deporte esto, que el deporte lo otro, no puede llamarse a sí misma Sociedad Deportiva San Roque y no puede gestionar una instalación deportiva. Así de simple. Y en esos acuerdos de gestión que había con la Sociedad se especifica claramente que tiene ese objetivo: la promoción deportiva. No lo hace. Acuerdo resuelto y empecemos otra vez.